El complejo cárnico uruguayo transita el cierre de 2025 con números que lo colocan entre los años más destacados de las últimas décadas, tanto por precios como por desempeño exportador. Así lo analizó Martín Olaverry, director de Valor Agro y Valor Agregado, en diálogo con Valor Agregado Paraguay, donde trazó un panorama integral del negocio y las perspectivas para 2026.
“Es un año que va a quedar para el recuerdo”, resumió Olaverry, al destacar que la mejora en los valores internacionales de la carne vacuna impactó de lleno en la cotización de la hacienda. Uruguay llega al cierre del año con un novillo en torno a los US$ 5 por kilo carcasa y una vaca cercana a US$ 4,70, niveles que reflejan una demanda internacional sostenida y un escenario global favorable para los países exportadores.
Según explicó Olaverry, el contexto externo es determinante. Estados Unidos atraviesa un déficit estructural de producción de carne que, lejos de resolverse rápidamente, se proyecta al menos hasta 2026 e incluso 2027. “No es solo un tema coyuntural: hay un desinterés creciente de las nuevas generaciones por la ganadería, una actividad de ciclos largos y exigentes”, señaló.
China, por su parte, continúa siendo un actor clave. Aun con la posibilidad de medidas de salvaguarda para proteger su producción interna, el gigante asiático enfrenta un déficit estructural de carne que obliga a importar cerca de tres millones de toneladas anuales. “Eso termina afirmando y estabilizando los precios en niveles muy buenos”, sostuvo el periodista.
En Europa, en cambio, persisten las tensiones políticas y comerciales. Olaverry fue crítico con las idas y vueltas del acuerdo Mercosur–Unión Europea, al considerar que las trabas unilaterales y el proteccionismo europeo le restan atractivo a un tratado que sigue sin concretarse.
Precios altos, pero márgenes ajustados
Pese al buen momento de los valores de la hacienda, la rentabilidad del negocio ganadero uruguayo continúa siendo moderada. De acuerdo con los resultados del ejercicio agrícola 2024/25, el retorno del sector, contemplando el valor de la tierra, se ubicó apenas por debajo del 3%.
“Es una constante de la ganadería: precios históricamente buenos no siempre se traducen en grandes rentas”, explicó Olaverry. A esto se suma el impacto de un dólar debilitado frente a otras monedas, que reduce competitividad y encarece los costos internos medidos en moneda local.
El corral gana protagonismo en la faena
Uno de los datos salientes del año fue la fuerte participación del corral de engorde, que llegó a explicar cerca del 30% de la faena total. Con precios internacionales firmes y costos de alimentación que tienden a bajar con la entrada de la cosecha de maíz, proyectada entre US$ 190 y 200 por tonelada, el confinamiento mostró ventanas de negocio muy atractivas.
“Hubo momentos en los que un encierre de 100 a 120 días dejó márgenes de hasta 200 dólares por animal”, destacó Olaverry, aunque advirtió que la reposición también subió con fuerza, elevando el capital necesario y la exposición al riesgo.
Martín Olaverry en conducción de Valor Agregado en Radio Carve 850 AM en Uruguay
Industria presionada por el costo del ganadoDel lado industrial, el escenario fue más desafiante. Uruguay llegó a tener uno de los novillos más caros del Mercosur, incluso por encima de Brasil, lo que comprimió los márgenes de los frigoríficos. “El ganado representa cerca del 80% del costo industrial. Hay momentos en los que la industria gana y otros en los que pierde; es parte del ADN del negocio”, recordó Olaverry, citando conversaciones con referentes del sector.
Mirada al 2026: continuidad y cautela
Mirando hacia adelante, la expectativa es de continuidad. Si no ocurre ningún evento extraordinario, los precios de la hacienda deberían mantenerse en niveles similares a los actuales durante 2026. El riesgo climático sigue siendo la principal variable de incertidumbre, en una actividad a cielo abierto.
Uruguay cerrará el año con una faena cercana a los 2,4 millones de cabezas, un 7% más que en 2024, impulsada por el corral. A eso se suma una exportación récord de ganado en pie, que rondará las 400.000 cabezas, reduciendo la oferta disponible para la industria.
Con estos fundamentos, el país se encamina a generar alrededor de US$ 2.500 millones por exportaciones de carne vacuna, con un valor promedio cercano a los US$ 5.000 por tonelada peso carcasa. “Si todo corre como esperamos, 2026 será muy parecido a este año: demanda firme, precios sostenidos y un negocio que sigue siendo atractivo, aunque de márgenes ajustados”, concluyó Olaverry.
