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Uruguay pone el freno y Paraguay es el espejo: Zambrano alerta sobre la concentración de Minerva Foods

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Uruguay pone el freno y Paraguay es el espejo: Zambrano alerta sobre la concentración de Minerva Foods

Foto: El País

La reciente decisión de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia de Uruguay de bloquear la compra de tres frigoríficos de Marfrig por parte de Minerva marcó un punto de inflexión en el debate sobre la concentración industrial en el Mercosur.

Para Gerardo Zambrano, director de Zambrano y Compañía —una de las consignatarias más importantes de Uruguay y productor ganadero en Paraguay—, la medida representa un triunfo de la ganadería uruguaya y un llamado de atención a los riesgos de dejar en manos de una sola empresa el control de la faena y la exportación de carne.

Una ganadería fortalecida

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Entrevistado en Valor Agregado en Radio Asunción 1250 AM, Zambrano destacó que el contexto productivo uruguayo vive “un combo ideal” gracias al clima favorable y los altos precios internacionales, lo que permite a los productores invertir y crecer. Sin embargo, advirtió que esa bonanza podría verse amenazada si se consolidan posiciones dominantes en la industria frigorífica.

“Creo que la ganadería uruguaya ganó con esta resolución. Se fortaleció, se motivó y se aseguró un marco de libre mercado que necesitamos defender”, sostuvo.

Actualmente, Minerva posee cuatro plantas en Uruguay y, de haberse concretado la compra de activos de Marfrig, hubiera superado los límites históricos de participación en la faena. Según Zambrano, el máximo registrado en el país fue del 27% de la faena, un techo que debería respetarse para cualquier empresa con el fin de mantener la competencia sana.

El consignatario fue más allá al plantear que Uruguay debería establecer por ley o decreto un límite máximo del 25% de la capacidad industrial por empresa, para garantizar competencia y evitar la repetición de lo ocurrido en otros mercados.

El espejo de Paraguay: concentración y dificultades

En contraste con la situación uruguaya, Zambrano señaló que Paraguay enfrenta un “combo imperfecto” para la ganadería: en los últimos años con clima adverso en regiones como el Chaco y un mercado altamente concentrado en pocas industrias.

“El caso de Paraguay demuestra lo que sucede cuando se combinan dificultades productivas con un monopolio u oligopolio en la industrialización de la carne”, explicó.

Según datos citados en la entrevista, Minerva concentra en Paraguay cerca del 37% de la faena de exportación, lo que limita la competencia y genera presión sobre los productores, con precios que muchas veces no reflejan los valores internacionales.

Zambrano agregó que no basta con mirar el porcentaje de participación, sino que también es necesario observar las utilidades por faena de las plantas, porque allí se dimensiona con mayor claridad el nivel de concentración y el impacto real sobre la cadena.

La presión sobre las consignatarias

Uno de los puntos centrales de la crítica de Zambrano se dirigió a la estrategia de Minerva de saltear a las consignatarias y negociar directamente con los productores.

“Ellos mismos expresan que los consignatarios no tienen razón de ser. Pagan veinte centavos más a los productores que a los consignatarios para sacarlos del medio”, apuntó.

Para el empresario, esto no solo erosiona la función de intermediación y transparencia de las consignatarias, sino que también abre la puerta a futuros incumplimientos. Recordó que en 2022 Minerva no respetó contratos con productores, reconociendo públicamente su incapacidad de cumplir tras la caída del mercado.

En contraposición, Zambrano resaltó el rol de respaldo que ofrecen las consignatarias cuando surgen dificultades. Puso como ejemplo su propia experiencia con frigoríficos chinos que enfrentaron problemas de pago, pero en ese caso su empresa absorbió el impacto y los productores “ni se enteraron” de los problemas.

“Ese es el valor del consignatario: garantizar al productor, aportar información de mercado y dar seguridad en los negocios, aun en contextos adversos”, subrayó.

El rechazo a la concentración: una señal clara

Zambrano subrayó que la negativa a la operación de Minerva no significa frenar inversiones extranjeras, ya que no se trataba de nuevos capitales, sino de un traspaso de activos entre frigoríficos.

“El mundo verá a Uruguay como un país que defiende la competencia y la seguridad jurídica. Eso es un activo que debemos cuidar”, afirmó.

Con una mirada crítica sobre la tendencia global a la concentración empresarial, Zambrano fue tajante: “La fusión era un riesgo enorme. Si se aprobaba, marcaba un antecedente irreversible. Uruguay hizo lo correcto”.

El desafío de Paraguay: atraer nuevas inversiones frigoríficas

Al comparar ambas realidades, Zambrano advirtió que el gran reto de Paraguay no pasa por revertir lo que ya está consolidado, sino por promover nuevas inversiones que aumenten la competencia industrial.

“La única forma de generar un cambio real en Paraguay es que se instalen nuevas plantas que compitan con las ya existentes. Hoy la concentración es muy marcada y eso condiciona al productor”, señaló.

Para el consignatario, la llegada de nuevos frigoríficos podría replicar lo que sucede en Uruguay, donde la competencia por hacienda genera un mercado más dinámico, transparente y con mejores precios.

Entrevista completa: