Desde su establecimiento ubicado entre Boquerón y Alto Paraguay, a unas 10 horas de Asunción, Federico Maisonnave observa el día a día productivo con la perspectiva de quien vive el negocio ganadero desde el campo.
Relata que el 2025 dejó un clima muy particular: un final de verano y un otoño “excepcionales”, seguidos por un invierno benévolo y una primavera que demoró en activar las lluvias. “En septiembre y octubre no llovió, pero desde mediados de noviembre empezaron a llegar las precipitaciones”, contó.
En su zona acumularon 100 a 120 milímetros en los últimos 20 días, suficientes para un rebrote rápido gracias a los suelos livianos.
“El campo respondió enseguida. En dos semanas tuvimos una crecida de 30 a 40 centímetros de pasto”, afirmó. Con reservas de fardos hechas en otoño y animales en muy buena condición corporal, Maisonnave considera que el sistema productivo llega bien parado al cierre del año.
Una lectura global: caída de stocks y demanda firme
Maisonnave sostiene que el negocio ganadero atraviesa un ciclo internacional muy particular, donde convergen varios factores que apuntan a una menor disponibilidad de hacienda.
Dijo que hace dos años empezó a identificar señales claras de un cambio estructural: Estados Unidos reduciendo fuertemente su producción, una demanda interna que absorbe su propia oferta y China manteniendo un ritmo constante de compras.
“Se dio una caída de stock generalizada en varios países y comenzamos a ver retenciones. Estados Unidos no tiene mucha escapatoria, su rodeo va a seguir cayendo”, explicó.
A nivel local, Paraguay todavía siente el impacto de tres años de sequía, y Maisonnave estima que para la vacunación de febrero de 2026 el país podría mostrar 300.000 a 400.000 cabezas menos. Si el rodeo se estabiliza o continúa en baja, todavía está por verse.
“La hacienda va a escasear, y quizás más que este año”
Con ese escenario global y doméstico, Maisonnave cree que la industria tendrá que competir más por los animales disponibles.
“Hay una oferta reducida y una demanda internacional muy firme. Las industrias van a tener que salir a buscar hacienda y van a tener que pagarla. Que va a escasear la hacienda, va a escasear. Y no sé si no va a ser más escasa que este 2025”, analizó.
Considera que Paraguay sigue recibiendo precios récord por su carne, sin señales de deterioro en los mercados internacionales. Por eso cree que la firmeza del precio del gordo, que este año tocó los US$ 5 por kilo carcasa en este segundo semestre, podría sostenerse en 2026.
Sobre la reposición, Maisonnave recalca que el mercado seguirá ajustado. Persisten campos que necesitan repoblarse tras la sequía y la oferta de terneros continúa siendo limitada.
“La reposición va a estar firme y va a estar cara. El que se hizo de hembras o vientres está en una posición ventajosa para capturar buenos precios en las próximas zafras”, aseguró.
La preocupación: las distorsiones del precio del gordo
Lo que sí genera inquietud para Maisonnave es la volatilidad inesperada del precio del ganado gordo. Señala que, mientras la reposición se comporta de forma lógica según oferta y demanda, el gordo presenta caídas abruptas que no se justifican con el mercado internacional.
“Pasás de un mes con precios razonables a otro donde cae 50 centavos sin una explicación lógica. Cuando el gordo baja 10 o 15% en un mes y la reposición se mantiene firme, la ecuación se complica”, expresó.
Según su visión, los sistemas de invernada y engorde deberán entrar en 2026 con mayor planificación, tanto de compras como de ventas.
Un 2026 de oportunidades, pero de decisiones finas
Maisonnave concluye que el negocio ganadero se encamina hacia un año donde la hacienda será más escasa, la demanda internacional continuará firme y la industria necesitará competir más por los animales.
Pero advierte que este ciclo también exigirá profesionalismo y estrategia: “Va a ser un año de oportunidades, pero también de decisiones finas. El que planifique mejor va a poder capturar los mejores valores del mercado”.
