Los conflictos gubernamentales en países como Argentina y Brasil hacen repensar a los grandes inversionistas del agronegocio el destino de sus capitales. En ese contexto, el director de Barbero Campos y Estancias, Adrián Barbero, afirmó a Valor Agro que muchos ven a Paraguay como “la niña bonita del Mercosur” para invertir, debido a su gran capacidad de desarrollo inmobiliario en tierras rurales.

En estos años hubo mucha volatilidad en los precios de los commodities y movimientos significativos de los indicadores económicos a nivel global, ¿cómo está impactando esto en el negocio inmobiliario de América del Sur?

El mercado anda un poco confundido en algunos aspectos, por un lado, se tiene un alza de los precios en los commodities agrícolas en general, por todo, el contexto de Rusia-Ucrania y la post pandemia. Así como también, están los cambios por las situaciones políticas entre gobiernos de derecha e izquierda que constantemente estamos acostumbrados aquí en Latinoamérica, lo cual hace que haya cosas positivas por un lado; y por otro muchos inversores toman como un escenario negativo y se detienen un poco a tomar decisiones. Por lo tanto, se puede decir que hay “una ensalada general de muchas cosas” que hoy en día marcan los valores de la tierra y esa disparidad que hay en las regiones.

Argentina y Brasil son referentes dentro del negocio inmobiliario pero últimamente han pasado por complicadas situaciones políticas en sus respectivos gobiernos respecto decisiones sobre la producción y las exportaciones, ¿podría eso repercutir en la llegada de nuevos capitales a países con mayor potencial de desarrollo como el caso de Paraguay, Bolivia u otros países de la región?

Lo de Argentina es muy confuso, ya que el gobierno a veces pareciese que está en contra de la gente que está produciendo en el campo. Esto hace que los inversores piensen dos veces, y en estos últimos dos años esa confusión o malas señales que estuvo dando el gobierno hicieron que los precios estén relativamente en baja. Por el lado de Brasil, la sorpresa de la victoria de Lula, que para los bolsonaristas fue un golpe muy fuerte debido a que este último era muy “pro campo”, influyó en que muchos se pongan a repensar las inversiones que están planeando hacer debido a que Lula dijo en su discurso que pondrá algunos frenos al desarrollo del campo con leyes ambientales y otras cosas similares. Por todo esos contextos, a nosotros nos empezaron a llegar gente de Brasil y Argentina con planes de inversión preguntando por Paraguay, Uruguay y Bolivia, porque ya no están tan conformes en sus respectivos países y por ende, están viendo opciones afuera.

¿Hacia dónde apuntan en rubro esas inversiones de negocio inmobiliario que migran de un país a otro?

Lo primero que la gente busca cuando sale de su país es tratar de hacer un negocio inmobiliario a corto o mediano plazo, después ya muchos empiezan a ver como funciona todo y comienzan a desarrollar confianza en el formato de la producción de cada país. Dando un ejemplo de un inversor argentino, si logra vender su campo en su país y luego con ese capital sale a la compra de áreas dos o tres veces más grandes en otros países por una cuestión de superficie.

¿Qué proyecta con respecto al precio de la tierra?

En términos generales, si hablamos de tierras ya desarrolladas los valores no van a subir mucho y están bastante estancados. En algunos puntos, los mensajes políticos siguen castigando al que invierte, y eso hará que el inversionista consolide en su mente los valores no muy altos, y por más que la soja siga subiendo, no creo que haya grandes subas en los precios de las tierras. Incluso, pienso que en algún momento se va a tener que reacomodar todo, sobre todo en Argentina, que poco a poco se viene recuperando, no en las zonas núcleos de producción sino en otras que son alternativas. Paraguay por su parte, sigue firme y es la niña bonita del Mercosur para los inversores de tierra, ganadería y agricultura. A parte, políticamente Paraguay es uno los países de la región que está mejor plantado históricamente por todo lo que tiene, y entre todos los mercados, Paraguay es el que tiene mayor posibilidades de crecer en materia de precios.

¿Hay un volumen de campos disponibles a nivel Latinoamérica para poder realizar desarrollo tanto en ganadería como agricultura y que además el negocio pueda ser atractivo para el productor desde el punto de vista de la rentabilidad?

Creería que sí, teniendo en cuenta las zonas a desarrollar, el Chaco paraguayo cuenta con muchas superficies para ese desarrollo, dispone de una actitud ganadera espectacular y muchos paraguayos se están animando para hacer agricultura ahí. Eso sin duda va a ser un golpe muy fuerte para el mercado y para las posibles recompras del que haya invertido y logre hacer un buen negocio por aquel lado. Bolivia tiene una gran superficie, casi 5 millones de hectáreas legales para desmontar, las cuales si el gobierno se dedicara a ser menos combativo con su mensaje confuso a la gente productora, hay grandes superficies para hacer negocios. También algo del norte argentino, pero no tanto debido a unas cuantas restricciones de montes y esas cuestiones.