El consumo de carne vacuna en Brasil, uno de los principales mercados para las exportaciones paraguayas, volvió a caer en 2022 por cuarto año consecutivo. En el período, el consumo de esta proteína animal alcanzó 24,2 kg por habitante, el nivel más bajo desde 2004, según Agro Consultoría de Itaú BBA.

Los precios de la carne vacuna al consumidor comenzaron a subir en 2020, lo que hizo que muchos brasileños quitaran esta proteína de su plato. El aumento de la pobreza y la caída de los ingresos durante la pandemia también impactaron en la reducción del consumo.

El valor de la carne, en general, subió 18% en 2020, pero se desaceleró en 2021 (+7%) y 2022 (+1,84%), según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Hasta febrero de este año, el precio de la proteína acumula una caída del 1,68%.

A pesar del menor consumo, la producción de los frigoríficos retomó la senda del crecimiento el año pasado. Fue el primer aumento en la producción desde 2019.

“Para 2023, vemos probable un nuevo aumento en la producción de carne por la posible continuidad de los descartes de hembras (el ternero sigue bajo presión), además, por otro lado, vemos positiva la demanda externa, especialmente con la reciente reapertura del mercado chino y posibilidades de crecimiento en otros destinos”, dice Itaú.