Los precios al productor en China alcanzaron en julio su menor nivel desde fines de 2009, después de la crisis financiera global, y han estado cayendo continuamente durante más de tres años.
Las exportaciones descendieron un 8,3 por ciento en el mismo mes, su mayor merma en cuatro meses, debido a que una débil demanda global por productos chinos y una política de fortalecimiento del yuan golpearon a los productores. “La atención de la política está definitivamente en la deflación (de los productores) en este momento”, dijo Zhou Hao, economista de Commerzbank AG en Singapur.
Zhou dijo que el banco central de China posiblemente necesitaría recortar nuevamente las tasas de interés, luego de haberlas rebajado en cuatro oportunidades desde noviembre en su más agresiva flexibilización en casi siete años. El pesimismo podría profundizarse la próxima semana, debido a que se prevé que una serie de datos económicos muestren una debilidad en el sector manufacturero, en la inversión y en el gasto doméstico.
La segunda mayor economía mundial tiene una meta oficial de crecimiento de un 7% para este año, un nivel alto para los estándares globales, pero algunos economistas creen que el país se está expandiendo a un ritmo mucho menor.
Economistas esperan que el banco central recorte de las tasas de interés en otros 25 puntos básicos este año y que reduzca nuevamente la cantidad de depósitos que los bancos deben mantener como reservas en otros 100 puntos básicos, según un sondeo realizado por Reuters.
El índice de precios al productor bajó un 5,4% en la medición interanual, informó la Oficina Nacional de Estadísticas el domingo, una caída más profunda que el 5% estimado por analistas, a su peor nivel desde octubre del 2009 y en su cuadragésimo descenso mensual sucesivo.
Los menores precios al productor son preocupantes debido a que reducen las utilidades de mineras y productores, aumentando la carga de deuda.
La deuda corporativa de China alcanza a un 160% de su Producto Interno Bruto, el doble del nivel de Estados Unidos, según un estudio de Thomson Reuters a 1.400 compañías.
Reflejando el persistente decaimiento de la economía en un nivel más amplio, la inflación anual al consumidor se mantuvo en 1,6 por ciento, pese al alza en los precios del cerdo, levemente por encima de la estimación de 1,5 por ciento y también mayor que la lectura de 1,4 por ciento en junio.
Un enfriamiento del mercado inmobiliario, exportaciones irregulares y una baja confianza han desacelerado el crecimiento económico anual, que será el más bajo en un cuarto de siglo incluso si Pekín alcanza su meta para este año.
Fuente: Reuters