Luego de conocerse que el caso de vaca loca es atípico, Brasil aceleró las medidas con miras a lograr una rápida reactivación del mercado chino y, tras más de más de dos semanas de esta situación, el gobierno de Lula tiene “cierto optimismo” respecto a exportar nuevamente y lo antes posible carne al país asiático, según el director de la consultora Tardáguila Agromercados, Rafael Tardáguila.

Las expectativas de que China abra las puertas a la carne brasileña podrían ser concretadas cuando el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reúna con su par de la República Popular China, Xi Jinping, a fines de marzo.

“Eso es lo que se manejó en estos últimos días en Brasil, si bien la situación durará cuatro o cinco semanas que es mucho tiempo de todas maneras, no serían tantos como las que se tuvo en el 2021 y con todas las consecuencias que eso trajo posteriormente en los mercados; primero con una suba meteórica y alcanzando precios históricos, después en el segundo semestre con una baja tan fuerte”, agregó Tardáguila.

Viendo la coyuntura, el analista de mercados agregó que China que viene de enfrentar una crisis y espera reactivar su economía, sin embargo la falta de carne en el mercado podría impactar a sus proyecciones con aumento de los precios del producto y afectando al consumidor.

De todo modos, Tardáguila manifestó que como empresa hacen relevamiento semanal del estado del mercado internacional de la carne vacuna, y constataron que estas dos semanas post suspensión no hubo una reacción de los importadores de China aceptando cotizaciones más altas de los demás principales proveedores, fundamentalmente de Argentina y Uruguay, tras la suspensión de Brasil.

“Lo que argumentan es que están con elevados stocks que quedaron del 2022”, dijo Tardáguila y añadió que de acuerdo a la proyección del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, China debería estar importando unas 165.000 toneladas mensuales peso embarque de carne desde el Mercosur.

“Ahora bien, las exportaciones del Mercosur a China de noviembre a febrero estuvieron por debajo de esas 165.000 toneladas y fundamentalmente en el segundo mes del año se habrían embarcado a China menos de 130.000 toneladas. Quedan pocas dudas que con la suspensión de Brasil este marzo le quedaría un remanente de unas 50.000 toneladas de stock al gigante asiático sobre lo generado el año pasado, que se estará consumiendo en estas pocas semanas. Es decir, ese argumento de la disponibilidad del producto a partir de abril se acabará”, estimó.