Una denuncia de las autoridades sanitarias chinas sobre el envío de seis contenedores de grasa de dos frigoríficos uruguayos en mal estado, encendió una luz de alerta en el Poder Ejecutivo y en el resto de los industriales.
Las exportaciones cárnicas de Uruguay han escapado el declive de los principales rubros de exportaciones en gran parte debido al empuje constante que viene mostrando la demanda de la potencia asiática, a tal punto que se convirtió en el principal destino en volumen al desplazar a otros mercados relevantes como Rusia, EEUU y Europa.
En lo que va del año hasta mayo, Uruguay exportó a China solo por carne vacuna
US$ 205 millones, cifra que equivale al 30,9% del total de las ventas al exterior de esa categoría en ese período. En un segundo lugar con una participación del 23,6% quedó el Nafta y luego la Unión Europea 22,9%.
Fuentes de la industria consultadas por El Observador consideran que, por ahora, no está en riesgo el cierre de China para Uruguay, aunque reconocieron que se trata de un «hecho grave» que «afecta la imagen del sector» en uno de sus principales clientes, y donde hay mayores perspectivas de crecimiento en el corto y mediano plazo.
El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) envió ayer un fuerte mensaje y ordenó la clausura de todos los envíos de carne vacuna y sus derivados de las dos empresas (que abarca a cuatro plantas frigoríficas) involucradas en las denuncia. Además, sugirió al resto de los frigoríficos que exportan grasa a que regresen sus embarques para el puerto de Montevideo.
La denuncia llegó al gobierno por medio de la autoridad china (Aqsiq) que alertó la detección de productos grasos en mal estado enviados desde Uruguay.
El MGAP decidió de inmediato investigar lo sucedido. Por medio de un comunicado, aclaró que los problemas denunciados no comprenden en absoluto a la carne vacuna que en cualquier estado y condición son exportados al mercado chino. China rechazó el contenido de seis contenedores integrados por grasa bovina congelada comestible en rama, de intestino y riñones. Las dos industrias exportadoras de esos envíos decidieron, a su vez, regresar de inmediato los contenedores a Montevideo.
«Hecho grave»
La información se conoció el jueves de noche durante un acto de presentación de la Cámara de Comercio Mercosur-Asean. En ese ámbito, el canciller Rodolfo Nin Novoa se refirió a la situación y la calificó como «un hecho grave», consignó ayer El País. Esas declaraciones fueron relativizadas por el secretario de la Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay (Adifu), Marcelo Secco, al señalar que habitualmente hay inconvenientes de distinta naturaleza sin que se resienta la sólida relación comercial con ese país.
Fuentes del sector privado consultadas por El Observador no descartaron la posibilidad de que haya ocurrido algún problema en la cadena de frío, al considerar que se trata de embarques con productos de distintos frigoríficos.
Otro de los informantes consideró que hay empresas que «corren un riesgo innecesario» al embarcar ese tipo de grasa porque su precio –no supera los US$ 700 por tonelada– no justifica el costo y los cuidados que deben asumir los frigoríficos. La grasa de intestino y riñón es rápidamente perecedera. De todas formas, es común que los frigoríficos exporten esa mercadería así como otras menudencias que solo consume China, como la bilis.
Investigación
Tras abrir una investigación y suspender los embarques de carne vacuna y subproductos derivados con destino a China de los establecimientos involucrados, el MGAP creó cuatro comisiones técnicas que evaluarán e informarán sobre lo ocurrido y las medidas correctivas a aplicar.
Las exportaciones de todos los frigoríficos uruguayos a China en el rubro de grasas alcanzaron a un total de 1.618 toneladas, por un monto de US$ 1,34 millones en lo que va del año. Sin embargo, el total de ventas del sector cárnico por todo concepto alcanzó en igual período los US$ 250 millones. Esto quiere decir que el volumen rechazado por China significa «alrededor del 0,05% de todas las divisas generadas por las exportaciones cárnicas realizadas a China», manifiesta el comunicado oficial.
Por otra parte si bien las autoridades chinas otorgaron un plazo máximo de 45 días para responder a la notificación realizada, se dispuso acelerar las investigaciones con el objetivo de responder en el menor tiempo posible.
Fuente: el observador - Uy