Si bien las ventas de carne paraguaya a Rusia se resintieron en septiembre, el segundo mayor mercado de exportación “es un demandante de carne y necesita comprar”, por tanto en la medida que las restricciones de pago se vayan facilitando la demanda volvería a ser creciente, explicó Ragi Samy, director de la multinacional Mirasco.

El bróker de carnes explicó que las necesidades rusas de compra de carne están siendo bloqueadas por las consecuencias de la invasión a Ucrania que generó complicaciones para transferir dinero entre países, además de un aumento de los costos logísticos por falta de empresas que lleguen a los puertos del país liderado por Vladimir Putin.

Paraguay exportó en septiembre 7.606 toneladas de proteína roja por 4.195 dólares por tonelada, lo que representó una baja del 27,1% en volumen y una mínima corrección alcista de 0,8% en precio.

A parte de las dificultades rusas, al descenso de los envíos se suma la reciente suspensión temporal a tres plantas frigoríficas paraguayas por supuestos residuos de sustancias prohibidas en productos entregados, acusación que no fue justificada desde el país euroasiático y en Paraguay se entiende como una decisión para controlar el aumento de precios.

Por otro lado, Samy señaló que con la desvalorización del ganado en Paraguay puede permitir una reactivación de las ventas de carne a Medio Oriente, un destino que se había frenado por falta de competitividad, aunque sí se está enviando menudencias bovinas. “En Medio Oriente están comprando carne de India debido a los precios, pero si la hacienda baja la demanda se podría reactivar en América del Sur”, señaló.

Por último, consideró que en el mercado mundial de carnes la demanda está presionando los precios a la baja, especialmente por las dificultades económicas y las políticas sanitarias en China. “Hoy el mayor comprador global presiona los mercados a la baja, espero que estemos tocando piso porque el punto es bajo y se está reflejando en el ganado”, apuntó.