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Momentos de incertidumbre en la industria frigorífica brasileña

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Momentos de incertidumbre en la industria frigorífica brasileña

La industria frigorífica en Brasil está viviendo un momento paradójico. A pesar de la notoria mejora en la competitividad relativa a escala internacional (producto de una desvalorización del real frente al dólar de un 41% en los últimos doce meses), la industria se encuentra con los peores resultados en sus márgenes de ganancia de los últimos 6 años. De acuerdo con una nota de Reuters en base a datos Scot Cosultores, el margen de la industria frigorífica cerró en marzo con un valor de 8,4% (relación entre el valor del ganado y el ingreso por la venta de carne con hueso, cuero, sebo y otros subproductos). Al inicio de marzo el margen era de 16%.

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¿Cómo se explica este fenómeno?

En el imaginario popular, especialmente de quienes no están vinculados al negocio de la carne vacuna, se lo imagina a Brasil como un país con gran dependencia de sus exportaciones cárnicas, en especial por su condición de líder en el comercio internacional de este producto. Según datos del USDA, Brasil es el primer exportador mundial de carne vacuna en 2014 con más de 2 millones de toneladas peso carcasa, seguido por India y Australia. A pesar de ello, para Brasil el mercado internacional de carne vacuna representa el 19% de su producción de carne, siendo el mercado doméstico (consumo interno) responsable del 81% del destino de la carne vacuna producida. En otras palabras, de los 10 millones de toneladas de carne vacuna que produce Brasil, 8 millones las consume localmente y «solamente» 2 millones las exporta (más de 5 veces lo que exportó Uruguay en 2014 de ese producto).

Esa alta dependencia del mercado doméstico es el primer fenómeno que incide en el resultado actual de la industria, en especial de aquella con mayor participación de sus ventas en el mercado interno. La desaceleración económica del país sumada a un encarecimiento de la carne (en reales), ha generado una sustitución de carne vacuna por otros productos de menor valor, en especial el pollo. El precio del ganado pago al productor en moneda local está en niveles históricamente altos, cercanos a los 10 reales por kilo o 150 reales / arroba y la industria no ha podido trasladar ese incremento al consumidor. El mismo gobierno, a efectos de controlar los niveles inflacionarios sugirió consumir menos carne vacuna (por su alto precio) y sustituir por proteínas más económicas.

A su vez, el alto precio del ganado se enmarca en un escenario de escasez de oferta, hecho que fue anticipado por varios consultores de este país durante el último año. Según los especialistas, la oferta de ganado gordo de Brasil deberá caer en 2015 debido a una menor faena de hembras, producto de una mayor retención de vientres por parte de los criadores e invernadores a raíz de una mejora significativa de los resultados del negocio en 2014 a nivel primario. En el primer trimestre de 2015, la faena vacuna se retrajo cerca de un 18% en comparación a igual trimestre del año pasado, según datos publicados por ABIEC, dando primeros indicios de que será un año difícil para lograr crecer en la producción si bien se espera que parte de este descenso sea compensado con un mayor peso del ganado.

Como mencionara al comienzo, el negocio de exportación debería ser el que defienda la ecuación, ya que mientras que el precio del ganado gordo aumentó un 23% en moneda local en términos corrientes durante el último año, el tipo de cambio tuvo una corrección del 41% en igual período de tiempo. Si el mercado internacional no hubiera presentado grandes modificaciones (en precios y en demanda) seguramente volcar más carne al exterior hubiese sido la vía natural para que muchas empresas sortearan mejor el difícil momento en la demanda interna. Pero ese escenario está lejos de ser el que enfrenta Brasil en la actualidad. Sus principales mercados de exportación de 2014 (en especial Rusia y Venezuela) sufren una gran crisis económica que impacta directamente en las colocaciones de carne del país norteño (en 2014 un tercio de la carne exportada fue a esos 2 destinos). A su vez, muchas plantas de pequeño y mediano porte están teniendo dificultades para el acceso a crédito, lo cual está llevando al cierre de algunas unidades y licencias colectivas de su personal.

Según algunos analistas del mercado brasileño, esta situación puede derivar en una mayor concentración de la industria para fines de 2015, con adquisiciones de plantas por parte de grupos de mayor porte de capitales locales así como por inversores externos.

Lo que sí queda claro, es que todas las expectativas para salir de esta situación están puestas en el mercado internacional. Brasil apuesta a estar en breve en el mercado de Estados Unidos con carne vacuna y poder acceder a su vez con producto directamente a China. Apuesta además a mejores colocaciones en Irán y otros países de Medio Oriente. Una virada de Brasil al mercado internacional puede significar mucho volumen de carne y por ende mucha competencia en mercados donde comparte destinos con Uruguay. Cada 1% del volumen de producción que Brasil decida volcar a exportación implicará 100.000 toneladas de carne más en el mercado internacional. Es de esperar que las condiciones externas se recuperen más rápido que la situación económica interna y por ende Uruguay deberá estar preparado para el cambio de estrategia del vecino país.

Fuente: Juan Lema - Semanario Busqueda - Uy