Bolivia vivió este domingo una jornada histórica. En la segunda vuelta electoral, el senador Rodrigo Paz Pereira se impuso sobre el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, convirtiéndose en el nuevo mandatario de un país que busca salir de la crisis económica y política.
Su discurso de “capitalismo para todos” promete un equilibrio entre desarrollo y equidad, aunque el sector agropecuario observa el nuevo escenario con atención y prudencia.
Desde Santa Cruz de la Sierra, una de las regiones más productivas del país, Adrián Barbero, director de Barbero Agronegocios, comentó en diálogo con Valor Agregado Uruguay el significado del cambio político y el impacto que podría tener en el agro y el mercado de tierras.
“Todo el sector productivo apuntaba a que ganara Tuto Quiroga por su experiencia internacional y su llegada a Estados Unidos. Sin embargo, sorpresivamente ganó Rodrigo Paz, con un resultado que llamó la atención de todos”, expresó Barbero.
“Es un político con recorrido, fue senador, pero no tiene la experiencia de gobierno que se esperaba. Y genera dudas por la relación con su vicepresidente, el capitán Lara, quien ya mostró independencia y eso despierta cierta suspicacia en la gobernabilidad”, agregó.
Un voto de cambio, pero con señales ambiguas
El empresario inmobiliario sostuvo que, más allá del resultado, el mapa electoral refleja una coincidencia llamativa con el patrón de votación que llevó al poder al Movimiento al Socialismo (MAS). “Se especula, y lo digo con cuidado, que detrás de la figura de Rodrigo Paz hubo respaldo de sectores vinculados al MAS. Muchos de los candidatos electos como senadores y diputados provienen de esa estructura, lo que genera temor y ruido en los negocios”, señaló.
Aun así, Barbero reconoció que el sector prefiere mirar hacia adelante. “Bolivia necesita oxígeno, inversión, estabilidad. El agro no puede detenerse. En Santa Cruz se sigue produciendo y la tierra sigue siendo refugio de valor”, aseguró.
El campo como ancla económica
Pese a las turbulencias financieras y la dualidad cambiaria, con un dólar oficial en torno a 7 bolivianos y un “blue” cercano a 13, el negocio inmobiliario rural mostró una recuperación inesperada durante el año.
Rodrigo Paz, nuevo presidente de Bolivia.“Pensábamos que iba a ser un año negativo, y sin embargo las ventas fueron muy buenas. La gente volvió a confiar en la tierra como activo en dólares”, explicó Barbero.
En la zona de Chiquitanía, uno de los polos de expansión agrícola, los precios varían según el grado de desarrollo. “Un monte vale unos 800 dólares la hectárea, mientras que un campo limpio puede alcanzar 2.000 a 2.500 dólares, con promedios de producción de tres toneladas de soja por hectárea”, detalló.
La región cuenta con una pluviosidad cercana a 1.300 milímetros anuales, lo que le otorga un potencial productivo destacable.
Seguridad jurídica y oportunidades
Consultado sobre el riesgo de cambios en la legislación de tierras, el empresario fue claro: “No creo que vuelva a ser un tema de debate. Todo el mundo aprendió que si se pierde la seguridad jurídica, se complica todo. Nunca escuché a Rodrigo Paz hablar de eso, ni a su vicepresidente. Creo que hay demasiados problemas urgentes como para tocar algo tan sensible.”
Según Barbero, la prioridad del nuevo Gobierno debería ser estabilizar la economía, destrabar el acceso a divisas y ofrecer previsibilidad para atraer inversiones. “Bolivia está complicada, pero el campo es el único sector que sigue generando dólares. Si se lo acompaña con reglas claras, el país puede recuperar dinamismo rápidamente.”
Conexión regional y mirada desde Paraguay
Barbero Agronegocios también opera en Paraguay, donde actualmente asesoran a inversores uruguayos y argentinos interesados en el Chaco. “Paraguay tiene otro viento de cola, recibe muchos extranjeros, y eso se nota. El mercado está más maduro, aunque los precios llegaron a un punto alto. El Chaco se está reconfigurando, hay mucha oferta y algunos ajustes a la vista, pero sigue siendo una de las regiones más activas del Cono Sur”, indicó.
El empresario aseguró que la experiencia paraguaya sirve de espejo para lo que Bolivia podría alcanzar con estabilidad y apertura. “Si Bolivia logra mantener la propiedad privada y atraer inversiones, el campo puede ser la salida de la crisis. Pero sin financiamiento ni seguridad jurídica, será difícil sostener el impulso.”
En síntesis, la victoria de Rodrigo Paz abre una nueva etapa en Bolivia marcada por expectativa y cautela. El sector agropecuario, motor histórico de Santa Cruz, apuesta a la estabilidad política y a la confianza en la tierra como base del crecimiento.
“El agro sigue siendo el pulmón del país. Si el Gobierno lo entiende y lo acompaña, Bolivia tiene con qué salir adelante”, concluyó Adrián Barbero.