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“El 2026 será determinante, con el desafío central de recuperar y renovar pasturas”

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“El 2026 será determinante, con el desafío central de recuperar y renovar pasturas”

La ganadería paraguaya cierra el 2025 con un escenario particular: un año distinto, más positivo en comparación con períodos precedentes, pero también marcado por contrastes que dejaron en evidencia fortalezas y fragilidades estructurales del sistema productivo.

Mientras el sector disfrutó de mejores precios, de una demanda internacional sostenida y de una mayor estabilidad relativa, la productividad interna siguió condicionada por limitantes históricas como pasturas degradadas, menor oferta forrajera en períodos críticos, brechas reproductivas y costos crecientes de suplementación, según indicó a Valor Agro el especialista en manejo y conservación de suelos Federico Barreto.

En ese sentido sostuvo que estos factores, sumados a la variabilidad climática, delinean un cierre de año que invita a replantear estrategias y acelerar inversiones orientadas a la resiliencia y a la eficiencia integral del rodeo.

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“El año 2025 evidentemente está cerrando como un año de bueno, pero de contrastes también la ganadería en Paraguay”, señaló.

De acuerdo con Barreto, la evidencia recabada en campo confirma que la baja fertilidad, la compactación, la escasa cobertura y la degradación progresiva de los suelos generan ganancias de peso por debajo del nivel ideal, limitando la competitividad incluso en un escenario de precios altos.

El especialista sostuvo que, pese a ello, los productores que invirtieron en corrección del suelo, aplicación de calcario, fertilización, y manejo rotativo de pasturas lograron resultados significativamente superiores.

“Demostraron que el camino de la intensificación sostenible constituye el camino más seguro hacia la eficiencia, y la competitividad especialmente frente al aumento de los costos de suplementación y frente a la necesidad de mejorar la oferta forrajera para sostener la productividad anual”, destacó.

Mirando hacia el 2026, Barreto sostiene que el año se presenta como determinante. Señaló que, “el desafío central será la recuperación y renovación de pasturas”, la adopción sistemática de análisis de suelo, la corrección del pH, la reposición de macro y micronutrientes, la incorporación de nuevas especies forrajeras y, cuando corresponda, la implementación de sistemas integrados de agricultura-ganadería o esquemas silvopastoriles.

“Tenemos números que asustan, como que las pasturas siguen siendo una de las mayores limitantes. Está más que comprobado que un suelo corregido y bien manejado, afirma, puede mejorar la eficiencia reproductiva, elevar la ganancia de peso diaria, aumentar la calidad de la carne y favorecer la adaptación climática, además de aportar al manejo de riesgos y a la sostenibilidad del sistema”, explicó.

Alegó que el 2025 demostró que el sector tiene un enorme potencial, pero también desafíos estructurales “que no pueden seguir postergándose”.

Insistió que la principal restricción productiva hacia el 2026 seguirá siendo la disponibilidad y calidad del forraje. Las pasturas degradadas afectan directamente la ganancia de peso, el estado corporal y la fertilidad del rodeo, al tiempo que disminuyen el rendimiento y la calidad de la canal.

Sumado a la presión de los mercados y a ciclos climáticos cada vez más variables, la urgencia de regenerar las pasturas se vuelve incuestionable para conservar viabilidad económica y avanzar hacia una ganadería más eficiente y sostenible.

De cara al próximo año, sostiene que será imprescindible incrementar la inversión en suelos, pastos, nutrición del rodeo, tecnología reproductiva y genética, además de una gestión empresarial más estratégica.

“Si estos pilares se consolidan, el país podrá posicionarse como uno de los productores de carne más competitivos, eficientes y sostenibles de la región”, apuntó.