Más de 180.000 kilos de tomate fueron incautados por el Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especializada (Detave) el año pasado. Fue el producto más incautado en el 2016.
De acuerdo a datos de la mencionada dependencia de la Dirección de Aduanas, los productos frutihortícolas encabezan la lista de los más incautados. De esta manera, se desplaza, inclusive en el mes de diciembre, a otros productos no perecederos, que en años anteriores predominaban. Algunos de ellos son el pan dulce, vino, sidra, mencionó Ernaldo Cardozo, coordinador del Detave.
“En el mes de diciembre habitualmente se tenía problema con el paso fronterizo con Argentina porque nos inundaban con pan dulce y otros productos tradicionales de la época. Eso no se vio reflejado este año (por el 2016)”, explicó.
La problemática, esta vez, fueron los productos frutihortícolas, cuyas incautaciones no solamente predominaron en diciembre, sino durante todo el año pasado. Luego del tomate, está la cebolla. El año pasado, se incautó un total de 158.184 kilos de la verdura. Le siguen en la lista de productos incautados, pero en mucha menor cantidad, el arroz, el azúcar, el locote, el pollo, el aceite y la harina.
Cardozo dijo que insistirán en parar el ingreso de productos frutihortícolas sin documentos, debido a que esto perjudica directamente a los campesinos. “Tanto el tomate como la cebolla tuvieron una altísima producción a nivel local, hubo un crecimiento de la oferta y por ello estamos prestando atención”, indicó.
El coordinador del Detave reconoció que el control es más débil en las zonas fluviales, primeramente porque es “bastante extensa” y, en segundo lugar, porque se requiere de un trabajo conjunto. Aclaró que existe una cooperación interinstitucional que ya tiene sus resultados, pero que es necesario prestar mayor atención al paso por agua. Otra realidad a la que se deben enfrentar es con la “habilidad” de las personas dedicadas al contrabando para cambiar de sistema. “La gente que está en el comercio ilegal busca permanentemente dónde ingresar, evitan los lugares donde hay mayor control y crean nuevos caminos. Están transformando sus formas de ingresar todo el tiempo”, dijo. Cuando se detecta el sistema, se genera una disposición, y ellos vuelven a cambiar su modus operandi, agregó.
Un ejemplo es el paso con motos, camiones o taxis. El paso en menor cantidad es menos complicado y menos sospechoso, pero tal vez más tedioso para ellos. “La ley se adecuó a las operaciones más pequeñas, a las cargas de menos de USD 2.500, y entonces ellos se aprovechan de eso”, expresó.

Fuente: UH