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Idoyaga: “En algún momento la región va a dejar de vacunar contra la fiebre aftosa”

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Idoyaga: “En algún momento la región va a dejar de vacunar contra la fiebre aftosa”

El presidente de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), Hugo Idoyaga, se refirió a la responsabilidad y el orgullo que representa que un paraguayo ocupe dicho cargo y habló de las principales líneas de trabajo existentes. “Paraguay ha hecho avances importantes en la búsqueda de un levantamiento de la vacunación contra la aftosa”, pero lo importante “es estar preparados” y tratar de convencer al respecto, aseguró Idoyaga. Además dijo que cree “firmemente que tratar de implementar los compartimentos en la exportación de genética puede tener ventajas muy apreciables”.

En primer lugar, ¿qué le representa ocupar este cargo tan importante a nivel mundial?

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Para el servicio veterinario paraguayo, y lógicamente para mí también, es un proceso que inició en 2014. En 2015 fui elegido miembro del Consejo por un período de 3 años. En 2018 ya ocupé el cargo de vicepresidente y hoy tengo el gusto y la responsabilidad de ser el presidente del Consejo de Delegados de la OIE. Esta organización aglutina 182 países del mundo. Es una gran responsabilidad y un orgullo personal, pero también es un orgullo para el país y para la región. Después de casi 97 años de la creación de OIE sería el segundo latinoamericano que llega a esta instancia, el anterior fue un colega de Uruguay. En este caso me corresponde a mí y espero cumplir una tarea digna y eficiente, teniendo un buen desempeño y dejando bien parada a la región. Representa para Paraguay un orgullo y algo histórico, pero para que esto suceda tiene que haber confianza y apoyo de las autoridades políticas.

¿Cuáles son los temas más importantes que marcan la agenda en este momento?

La OIE ya tiene establecidas algunas líneas de trabajo. Todos los temas son importantes pero personalmente debo admitir que estamos enfrascados con el tema de la pandemia. Uno de los temas más importantes es el de “One Health” (una salud), para lo cual la OIE trabaja con otros organismos internacionales como lo es la Organización Mundial de la Salud, la FAO o el programa mundial de medio ambiente de las Naciones Unidas. Es un trabajo conjunto entre todos los actores que buscan dar respuesta a situaciones como esta. Cada cinco enfermedades emergentes, tres se originan en el ámbito animal porque hay un cambio climático, ambiental y un sistema de producción diferente que hace que estas enfermedades aparezcan y sean zoonóticas. La información de las características causales tiene herramientas importantes que debe manejar la parte médica. Hay que buscar un tratamiento adecuado y eficaz en el menor tiempo posible. La pandemia nos tomó por sorpresa y la reacción a nivel mundial fue lenta por ser algo nuevo, inesperado y desconocido. Por eso han habido tantas muertes y situaciones como las que pasamos en la región con tantas lágrimas de por medio. En algunas ocasiones sigue existiendo una resistencia al trabajo conjunto, pero más tarde o más temprano debemos darnos cuenta. Hay países que han evolucionado más por ello en esta pandemia, con servicios veterinarios que sirvieron como laboratorio para diagnosticar la Covid-19 en seres humanos por ejemplo. Son pasos importantes pero aún falta mucho.

¿Esta situación de pandemia puede dejarnos un mundo más complejo desde el punto de vista de accesos, sanidad, bienestar animal o barreras más exigentes para el ingreso a los mercados?

La OIE pregona no poner trabas de este tipo para el comercio internacional. La OIE pregona la facilitación del mercado, siempre que haya medidas sanitarias que asuman los países importadores y reconozcan los países exportadores. El comercio internacional tiene sus aspectos, pero tampoco hay que quitar mérito a la toma de medidas de países más avanzados. Hasta hoy no tenemos información de este tipo o que generen más inconvenientes para el comercio, pero hay otros temas en los que sabemos que hay países de la Unión Europea que han tomado medidas como sucede con la resistencia antimicrobiana; que no es una pandemia pero tiene impacto en la salud pública y los países van tomando medidas de carácter no arancelario en este sentido. Debemos estar preparados y demostrar un buen manejo de ese tema y no hacer un uso desmedido. Son cargas adicionales para países exportadores. Nos cuesta mucho la infraestructura, los recursos humanos especializados y los inconvenientes que superamos día a día. De todos modos, la aparición de nuevas barreras arancelarias como la que me acabas de mencionar tendría un costo adicional y los servicios deberían redefinirse.

Hablemos de la aftosa en la región. Brasil logró que ciertos Estados sean libres sin vacunación, ¿cómo ven este tema desde la OIE?

En la región está bien controlada la aftosa salvo en Venezuela, donde existe poca información y por eso se considera en rojo. Colombia ha dado muestras de un trabajo fuerte, declarando zonas libres al igual que Perú. Brasil tiene Estados libres sin vacunación y conocemos su programa de erradicación para la fiebre aftosa. Hay un comentario bastante fidedigno de que el Mato Grosso levantaría la vacunación. Para Paraguay es desafiante porque sabemos lo que conlleva esta situación. Conocemos el estado de Santa Catarina, que es libre desde hace bastante tiempo y no permite tránsito ni internación de productos de origen animal de estados o países que no tengan la misma situación sanitaria. Brasil es el tercer o cuarto mercado para los productos cárnicos paraguayos y por ello representaría un problema importante. Hoy en día tenemos restringido ese estado, y de darse en Mato Grosso asumiría la misma situación, por lo que quedaríamos imposibilitados de transitar y comercializar productos allí. Paraguay ha hecho avances importantes en la búsqueda de un levantamiento de la vacunación. Hoy es más espaciada y se han eliminado ciertas cepas de la vacuna, pero creo que nuestros productores, políticos y autoridades sanitarias deben estar convencidos que es un camino que no tiene retroceso. Si no es en el corto es en el mediano plazo, pero no queda mucho tiempo para seguir vacunando. En nuestro país los resultados de la vacunación dejan datos auspiciosos como una cobertura inmunitaria por encima del 90%.

¿Usted entonces es partidario de que Paraguay deje de vacunar y busque un estatus de libre de aftosa sin vacunación?

Sí. Creo que la región en algún momento va a tomar la decisión de dejar de vacunar contra la aftosa. Uruguay tiene un litoral marítimo y Argentina también, por eso son situaciones diferentes. Uruguay tal vez tenga la situación más privilegiada con bastante tiempo sin aparición, un programa de erradicación bastante sólido y acceso importante a mercados. Es una credibilidad que ofrece el servicio veterinario uruguayo.

¿Ha hablado de este tema con el Presidente del Senacsa y los productores?

Es un tema que se viene manejando y no es nada nuevo. El tema no es dejar de vacunar rápido: hay que estar preparado. Al inicio va a ser más costoso dejar de vacunar porque hay que implementar infraestructura y metodología para recabar información sobre la cantidad de animales y el movimiento, los sistemas de internación y salida, y va a haber un cambio de paradigma para productores, políticos y funcionarios públicos oficiales. Es un cambio total y las dudas van a ir surgiendo. Hay que comenzar a pensar y elaborar estrategias y planes para convencer y hacer llegar información a productores. Paraguay tiene un estrato de productores especiales y diferenciados que no tendrían problema en asumir este cambio que representa un 85% de la población ganadera, pero hay otro 15% que está en manos de un 85% de pequeños productores a los que hay que llegar y convencer. Hay que enseñar lo que es este cambio. El trabajo principal es convencer, pero es una tarea lenta y necesaria.

Esta situación de Brasil, aún siendo Paraguay libre de aftosa pero con vacunación, ¿genera impedimentos para acceder al mercado?

Son decisiones de carácter político sanitario. Hoy tenemos un estatus negociando con Chile, la Unión Europea y otros países con situación libre sin vacunación. Brasil, o estos Estados, pueden ser mucho más restrictivos de lo que estamos pensando. Un ejemplo de ello es el estado de Santa Catarina, que nunca permitió el ingreso de productos animales de estados de Brasil o países que no tengan la misma situación sanitaria. Son decisiones políticas de los Estados. La OIE establece la posibilidad de exportar, incluso con países afectados con fiebre aftosa bajo ciertos métodos de mitigación de riesgo y bajo un sistema para países con vacunación. Ya es un tema que depende mucho de los estados de los países con ese estatus.

Brasil tiene un precio superior en la hacienda y la aftosa no es la única enfermedad que lo limita. ¿Podría darse la posibilidad, en caso que el mercado y el precio lo permita, que ingrese ganado de Brasil a Paraguay?

Por supuesto. Los países con mejor estatus pueden enviar productos y animales a los de menor estatus. No puede haber restricciones de carácter sanitario, en todo caso sería político. El problema es cuando va desde un estatus inferior a uno superior.

Hablemos de la exportación de genética. Hemos tenido eventos importantes de distintas razas y hay una oportunidad importante de vender genética, pero existen limitantes sanitarias. Para la OIE, ¿la figura del compartimento puede ser una opción?

Pienso que sí y estoy convencido de eso. En genética aún más porque el sistema de manejo para este rubro es el compartimento. Es cuestión de ajustar y convertirlos. Pienso que sería una salida fácil y menos comprometida, facilitando el comercio genético. Paraguay sorprende con calidad genética importante, pero falta algo y no tiene que ver con cuestiones de estatus sino de manejo de los animales sometidos a estos procesos. Creo firmemente que tratar de implementar el tema de los compartimentos en este rubro puede tener ventajas muy apreciables.

Entrevista adelanto de Revista ARP