El 2014 fue un año bastante bueno para la agricultura, ya que a pesar de no haber alcanzado las cifras de crecimiento récord, se ha conseguido mantener la tendencia alcista por otro año, un pequeño triunfo en el camino de la estabilización.
La actuación de este sector también se vio reflejada en el movimiento comercial de los bienes relacionados con la producción agrícola, segmento donde se consiguió un ligero repunte manteniendo lo bueno que se había conseguido el año anterior.
Específicamente, la agricultura en su conjunto creció alrededor de 1% el año pasado y crecería, según datos del BCP, un 0,5% este 2015 con rendimientos entre los principales productos un poco disparejos (mientras la soja y el maíz tuvieron leve aumento, el trigo, el sésamo y la chía registraron disminución).
Así, la importación de implementos agrícolas se incrementó un 3,2%, desde los US$ 1.226 millones en 2013 hasta cerrar el 2014 en US$ 1.266 millones.
Para este análisis se incluyen, además de los agroquímicos (abonos, fungicidas, herbicidas), tractores, cosechadoras y sembradoras, así como todos los implementos que mejoran su funcionamiento.
Gran parte del actual rendimiento en los rubros más importantes se debe a la adquisición de esta tecnología de punta y su adopción en tierras que naturalmente tienen una gran fertilidad.
PRODUCTOS
Entre los productos más importados destacan claramente los abonos y fertilizantes, que en 2014 sobrepasaron los US$ 561 millones, de los cuales más de la mitad ingresaron al país desde Brasil, lo cual no resulta tan extraño considerando la gran cantidad de brasileños que se dedican a este negocio en Paraguay.
Mientras tanto se importaron herbicidas, fungicidas y otros agroquímicos por un valor de US$ 324 millones, de los cuales la mayor parte (cerca del 68%) está representado por los químicos que evitan el crecimiento de hierbas indeseadas.
Las maquinarias, a pesar de su gran costo individual, quedaron rezagadas en cuanto al valor de importación.
Así, aunque el ingreso de tractores movió una suma considerable el año pasado, US$ 136 millones, no consiguió igualar el movimiento que había tenido en 2013. Cosechadoras y sembradoras, por su parte, vivieron una situación inversa, donde consiguieron mejorar sus registros del año anterior.
Dentro de lo que se incluye bajo la denominación de “otros implementos” se destacan las máquinas utilizadas en la limpieza y clasificación de granos, así como los aparatos moledores.
EMPRESAS
El análisis detallado de los participantes del mercado comercial que rodea a la producción agrícola, por lo menos el de los competidores que importan sus productos, muestra claramente un altísimo nivel de competencia.
Uno de los principales datos que soportan esta afirmación es la bajísima concentración de las empresas, donde el principal referente obtuvo apenas el 6,6% del mercado el año pasado. Lo anterior tal vez se deba a que estas empresas están bastante especializadas dentro de su segmento.
La líder del mercado, Agrosan, debió gran parte de su posición a los químicos dedicados a combatir pestes, mientras que Agrofértil –segundo colocado– importó principalmente abonos y fertilizantes.
Cualquiera sea el motivo de esta pareja lucha entre firmas, el resultado es mayor variedad para los productores agrícolas, ya sea en productos o en precios.
POTENCIAL
Más allá del importante efecto que tiene este movimiento comercial en la actividad económica en su conjunto, estos valores de importación dejan un mensaje importante para el sector empresarial, hay mucho espacio para invertir y producir a nivel local los implementos que se utilizan en el país.
Lo anterior se desprende de los más de US$ 1.200 millones que ingresan todos los años al país, sino también de que el campo seguirá creciendo, ya que la demanda a nivel internacional seguirá en aumento conforme aumenta la población mundial.
Con esto se configura una oportunidad brillante que algunos ya están aprovechando, tanto es así que una importante multinacional como Bayer adquirió hace unos meses una empresa semillera en Encarnación.
Fuente: 5 días