La baja en los precios de los commodities agrícolas no solo ha afectado a los productores del campo.
Como comentamos en la nota de julio, estas caídas influyeron en la reducción de la estimación de crecimiento para la economía paraguaya. Los problemas financieros de la Argentina y la desaceleración de la actividad productiva en el Brasil complican la situación aún más.
En lo que respecta al Estado, se ha comenzado a notar una baja en el ritmo de inversiones en obras de infraestructura, al igual que un menor nivel de ingresos a las arcas del Ministerio de Hacienda. Tomando esto en consideración, las proyecciones ajustadas apuntan a que será difícil cumplir con lo establecido en la Ley 5.098/13 de Responsabilidad Fiscal (LRF), una de las piezas fundamentales que valió al Paraguay de sucesivas alzas en la calificación de riesgo país, medidas por las más prestigiosas calificadoras a nivel mundial. Entre otras reglamentaciones, la LRF tiene como principal objeto contener el déficit en las cuentas de la Administración Central en un monto no mayor al 1,5% del PIB estimado para dicho año fiscal. Dicho de otra forma, si el Estado gasta más de lo que recauda, el resultado neto –en este caso negativo– no puede superar el equivalente al 1,5% del PIB.
Si bien se planteó como una posible alternativa elevar el tope de la LRF, de acuerdo a lo estipulado en la misma Ley, finalmente se consideró que esa medida restaría credibilidad al país; por lo tanto luego de varias reuniones y planteamientos, los integrantes del Equipo Económico Nacional (EEN) –integrado por representantes del Ministerio de Hacienda, Banco Central del Paraguay, Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, entre otras instituciones del Estado– definieron una serie de medidas anticíclicas que apuntan a dinamizar la economía y al mismo tiempo contener los gastos no indispensables del Estado. Entre las principales, se destacan aquellas que tienen como finalidad acelerar las inversiones en infraestructura, priorizar las inversiones sociales, racionalizar los gastos corrientes, agilizar procesos de contrataciones públicas, aprobar nuevas leyes tributarias e impulsar los créditos a través de la banca pública (AFD y BNF).
Fuera de las opciones propuestas por el EEN, aún existen alternativas viables, como una mayor formalización de profesionales independientes, aumento de la lucha contra el contrabando y gestionar el cobro de la energía cedida a la Argentina a través de la Entidad Binacional Yacyretá. Por otra parte, se podrían reactivar los trámites de la licitación para la asignación de los espectros disponibles para el uso de tecnología de cuarta generación (4G), con la posibilidad de recaudar US$ 150 millones. Finalmente, se debe aprovechar la coyuntura regional y mundial para atraer más inversiones al país, atendiendo los bajos costos y exoneraciones impositivas que ofrece el Paraguay. Nuestro país aún ofrece uno de los mejores climas macroeconómicos de Latinoamérica y no debemos bajar los brazos ante posibles golpes que recibamos al transitar por el camino al éxito.
Fuente: Agroeducación