×

Los ingeniosos del Paraguay.

  • Compartir

Los ingeniosos del Paraguay.

El Paraguay es enteramente de tinte productivo. Vive de lo que se produce en el campo y muchos son los protagonistas de nuestra buena y sana alimentación que germinaron desde el primer día de clase, el 23 de abril de 1956, en la flamante Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UNA. 
La rama agronómica se separó de Veterinaria en el año 1974 para convertirse, hasta hoy, en una de las mejores organizadas del país. 

Pero una pequeña historia ocurre antes. En 1937 el Presidente Cnel. Rafael Franco envió al Uruguay a 5 jóvenes a seguir la carrera: Moisés Pastore, Arnaldo Gorostiaga, Raúl Ruiz Van Strate, Manuel Fernández y el gran maestro Rogelio Ferreira y este hecho puede inscribirse como el punto de partida del desarrollo agropecuario sin olvidar al Colegio Nacional de Agronomía “Mcal. Estigarribia” (Coname), creado en el año 1940.

Un ingeniero agrónomo como Hernando Bertoni será difícil que en el campo paraguayo vuelva a brotar. Casi del mismo clon provienen los ingenieros agrónomos Luis Alberto Álvarez, Óscar López Gorostiaga, Juan Molinas, Victoriano Cardozo, Rogelio y Luis Orlando Ferreira. Las frutas no hubieran tenido la calidad que hoy presentan sin el accionar de los Ing. Carlos Fugarazzo, José Mitsui y Enrique Galarza. Hoy endulzamos la salud con la vida que le entregaron a sus colmenas y abejas los Ings. Luis Ibarra, Pedro Boggino y Tomio Hanano. Son referentes del cooperativismo Justo Vera Díaz y Rolando Dietze.

ypoti

Los árboles no hubiesen dado sombra ni dinero sin las actividades que desplegaron los Ing. Marcos Sanjurjo, Víctor Vidal, Darío Pérez Chena, Germán González Salema y el gran “López Ybyrá” (Juan Alberto López), oriundo de Yataity del Guairá.

La caña de azúcar creció con el tesonero trabajo que desplegaron Raúl Hoeckle, Lorenzo Benítez, Mauricio Ricciotti y Jorge Bonzi. Las praderas crecieron con las orientaciones de Hugo Frutos, Óscar “Loro” Ferreira y las matosas clases de Roque Matta. Las especies hortícolas se desarrollaron con Feliciano Cáceres Segovia y José Luis Bareiro. El trigo y la soja hubieran estado tácitos sin Emiliano Alarcón, Ricardo Pedretti, Takao Moriya y Horacio Centrón. El algodón, sin Rosita Benítez, Cirilo Centurión y Luis Torres, no hubiese sido el oro blanco y el maíz, sin Verónica Machado y Ricardo Suárez, un súper grano.

Mención especial a los Ing. Agr. pilotos aéreos y excompañeros: Baby López y Horacio Canova y a mis profesores de la talla de Alfredo Stauffer, Kiko Codas, Enrique González Erico, Rubén Fretes, Sergio Arias, Juan Portillo, Ricardo Samudio y Atilio Centrón.

Otros profesionales de valía son Valike Cubilla, Ottmar Hahn, Héctor Chase, Eduardo Casatti, Óscar Meza, Eloy Boggino, Ángel Morassi, Dionisio Borda, Antonio Dacak, Roberto y Carlos Casaccia, Bartolomé Sánchez, Ángel Brusquetti, Luis M. Quevedo, Pedro Caló, Raúl Montiel, Buby Carvallo, Fabián Centurión, Luis Von Streber, Luis Vallejos Chenú, Patrocinio Alonso, Raúl Appleyard, Mazaru Obara, Carlos Romero Pereira, Pedro Calabrese, Felipe Barboza, Óscar Ferreiro, Antonio Pastore, Fulgencio Yegros, Luis Bianchi, Miguel Alonzo, Hugo Bareiro, Basilio Nikiphoroff, Julio Spinzi, Héctor Cristaldo, Nico Burró, el exrector Pedro González y mis “paisanos” Marciano Brun, Pedro Escobar, Óscar Molas, Juan Oreggioni, Noldi Naville, Julio Bordón, Papo Meaurio, Jorge Ibáñez, Dalton y Ernesto Mussi, Óscar Duarte Álvarez y Enrique “Gua’i” Torales, junto a su inseparable guitarra.

Muchos más deben formar parte, pero esta sintética colección puede representar a los que no figuran y encarnar a los anónimos que siguen cosechando el pan con la semilla sembrada por esta constelación que iluminó a la producción agropecuaria del Paraguay.

Y cómo no recordarle a uno de los mejores árbitros del fútbol paraguayo e internacional, el inolvidable amigo y riverista Juan Francisco “Pachamé” Escobar. Una joya como persona, como ingeniero y como ícono del referato universal.

Fuente: ABC