La Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó el 20 de marzo pasado que pasaba a categorizar el herbicida glifosato como 2A, lo que indica que se trata de un cancerígeno probable.
Ante esta situación se generó una serie de controversias sobre su utilización o no en el campo, países de la región estarían analizando prohibir la importación del producto.
Es sabido que la producción en el campo necesita de herbicidas ante la cantidad de malezas que atacan a los cultivos, por ello el gerente general de Monsanto para Bolivia, Paraguay y Uruguay, Alejandro Girardi, indicó que existen muchos sustitutos del producto, sin embargo esto encarecería de manera categórica a la producción.
“Desde Monsanto no estamos para nada de acuerdo con los resultados que surgen del reporte de la IARC, del glifosato como cancerígeno probable. El producto está hace 30 años comercializándose en muchos países, ha pasado por los estudios más rigurosos de las agencias de regulación a nivel mundial y estamos seguros que es un producto confiable para el uso que está dispuesto. Desde el punto de vista nuestro no coincidimos con esa probabilidad que indica el IARC y creemos que es un producto totalmente seguro, de hecho dentro de lo que son los productos para el control de malezas el glifosato está en banda verde, clasificación de la toxicidad. La banda verde es la menos tóxica de todas y ha reemplazado a otros productos de banda azul y amarilla que se utilizaban para controlar las malezas”, sentenció Girardi.
Indicó además que en el campo es necesario controlar las malezas para seguir produciendo, y en el caso que el Senave restrinja la importación del herbicida en Paraguay los sustitutos son varios.
“En el campo se necesita controlar las malezas. En el caso que el Senave restrinja la importación los sustitutos van a ser muchos, el glifosato es un producto de amplio espectro que controla una gran cantidad de malezas y para controlar toda esa gran cantidad habría que usar una combinación de varios productos lo que claramente arrojaría una producción más cara para el productor, y seguramente no todos esos productos -por lo menos los que nosotros conocemos, que son los potenciales reemplazos- no son banda verde, desde el punto de vista del impacto va a ser negativo, el glifosato creo que es algo muy importante para la agricultura”, puntualizó.
CONSECUENCIAS NEGATIVAS
Explicó además sobre los parámetros negativos que causará a la producción de no contar con una herramienta eficaz para el combate a las malezas.
“En agricultura se ha reemplazado la mecanización agrícola, el dar vuelta a los suelos, a través del glifosato y eso ha sido una ventaja enorme que es la siembra directa. Se hace en Brasil, Paraguay y Argentina como una práctica sustentable en la producción agrícola, creo que el hecho de no haber un glifosato haría que eso cambie y el productor tendría que volver a dar vuelta a sus suelos para controlar las malezas. En Argentina los suelos son totalmente planos eso causaría un impacto enorme en la oxidación de los mismos, en lugares como Paraguay con los regímenes de lluvia que tenemos la degradación de los suelos sería realmente un impacto negativo que tendría el no tener glifosato disponible como una herramienta más para el productor”, concluyó Girardi.
Según los investigadores, la decisión de reclasificar el glifosato se había tomado luego de numerosos estudios, y la evidencia apuntaba claramente en ese sentido.
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