El Departamento de Agricultura de EEUU proyectó que Argentina terminará 2016 con el mayor stock vacuno de los últimos siete años; analistas prevén lenta recomposición de la oferta para la exportación
Desde el exterior descuentan un potencial de recuperación para la ganadería argentina tras una década deretrocesos bajo la administración K: un informe de técnicos del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por su sigla en inglés) prevé para 2016 el mayor nivel de stocks en siete años. No hay que esperar, sin embargo, un rebote inmediato que genere amenazas ciertas sobre Uruguay.
Por un tiempo se harán sentir las restricciones que sufrió el sector en los últimos 10 años, más los efectos de una economía distorsionada con severos ajustes pendientes. La oferta de animales de cierto peso para completar cuotas de carne estratégicas será escasa en el corto plazo, mientras el regreso a mercados clave como el estadounidense llevará algo más de lo que desean los productores argentinos.
Un informe de técnicos del USDA en Buenos Aires divulgado el jueves 17 pronosticó que el stock ganadero argentino terminará 2016 con el mayor nivel desde el año 2008 y con exportaciones que alcanzarán máximos desde el ciclo 2009/2010. Se trata de un reporte no oficial –sujeto a confirmación– y que presenta las primeras proyecciones para el próximo año.
«La mayoría de los exportadores esperan que el nuevo gobierno que asumirá en diciembre de 2015 introducirá cambios políticos que mejorarán la competitividad exportadora del sector ganadero», reseñan los técnicos al inicio del reporte.
Los técnicos prevén que entre 2015 y 2016 se registre un incremento en las existencias vacunas de 1,25 millones de animales, que llevará el total al cierre del próximo año a 53,245 millones de reses, cantidad máxima desde 2008. Con un proceso de retención en marcha, la faena caerá en 400 mil vacunos en 2016, totalizando 12,1 millones de cabezas.
El proceso de retención
El sitio Valor Carne remarcó la disposición de los ganaderos a retener hembras para aprovechar las mejores condiciones futuras para el negocio. Los márgenes negativos para la agricultura en las zonas con menor potencial productivo y, a su vez, más alejadas de los puertos, dejarán espacio para la producción ganadera.
En agosto, la faena de hembras tuvo un descenso interanual de 9% representando apenas el 40,1% del total, el menor porcentaje desde mayo de 2012. La caída en la faena fue de 9% en el trimestre y de 4% en los 12 meses cerrados en agosto. En los primeros ocho meses de 2015 la participación de las hembras en la faena total fue de 42,2% contra el 44,9% de igual período del año pasado.
En su informe de agosto la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de Argentina indicó que en ese mes el precio promedio de la hacienda en pie se ubicó en A$ 16,99 por kilo «y volvió a marcar un nuevo máximo histórico (nominal). «En relación a julio el precio promedio de los animales comercializados registró un aumento de 5,5%. Esta fue la tercera suba en importancia del año, detrás de las alzas de 5,9% de julio y de febrero, respectivamente», agregó la gremial.
Una menor faena llevará en 2016 a una caída de 60 mil toneladas peso carcasa en la producción de carne hasta 2,68 millones de toneladas, marcando un mínimo de cuatro años. Las perspectivas apuntan a que más ganado será terminado a grano sacando provecho de los bajos precios agrícolas.
El informe del USDA destacó que entre 70% y 80% de los animales gordos es terminado en feedlots, el mayor porcentaje desde que se inició este sistema de producción en la década de 1990.
Las expectativas positivas del negocio, sumado a buenas condiciones climáticas que aseguraron abundante forraje, llevarán a una mayor producción de terneros. Los técnicos del USDA estimaron que 2015 terminará con una producción de 13,7 millones de terneros y que cerrará 2016 con 14 millones, acumulado tres años consecutivos de expansión.
Las inundaciones que afectaron seriamente en los últimos meses parte de la provincia de Buenos Aires limitaron el incremento potencial.
Pocos novillos pesados
Las distorsiones de la política gubernamental hacia la ganadería se seguirán sintiendo en los primeros años de la próxima administración. Con fuertes restricciones a la exportación, el incentivo fue hacia animales livianos destinados al mercado interno.
El director de Valor Carne, Miguel Gorelick, dijo a El Observador Agropecuario que en caso que el nuevo gobierno aplique cambios importantes –»lo que es improbable»– podría haber un aumento en los volúmenes exportado pero sin rebotes significativos. El especialista dijo que con cambios relevantes «llevará varios años volver a un nivel promedio de exportaciones», el que ubicó sobre 400 mil toneladas. «Con ajustes menores, llevará más tiempo», dijo Gorelick, quien dijo que la principal restricción está en el plazo de respuesta «para producir los novillos que pide el mundo».
El analista Víctor Tonelli dijo en una exposición en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que Argentina «ha dejado de producir novillos de 430 kilos», que son los que piden mercados como EEUU o la cuota 481 de ganado terminado a grano para la Unión Europea. Agregó que por esa escasez Argentina incumple desde hace años con la tradicional cuota Hilton para Europa.
Su colega Ignacio Iriarte remarcó que las exportaciones de carne argentina a la cuota 481 «distan de cubrir las expectativas que se habían despertado sobre ese cupo». En una columna del 11 de setiembre en el portal Agro Voz, escribió que los datos apuntan a embarques por solo 300 toneladas hasta principios de agosto. A fines de setiembre de 2014 Argentina accedió al cupo 481 del que participan EEUU, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Uruguay.
Aproximadamente 20 mil novillos son engordados para destinarlos a satisfacer la cuota 481, pero muchos de los novillos y novillitos terminan siendo vendidos en el mercado interno antes de que se cumpla con los 100 días en feedlots que exige el cupo.
Iriarte dijo que uno de los factores más importantes es la venta directa del ganado a supermercados que pagan más que la exportación al cargar directamente de los feedlots. A esto se suma un «exceso de dressing de los exportadores», de cerca de dos puntos de diferencia de rendimiento a favor de los animales destinados al consumo interno, en relación a los animales comprados para cuota 481 más los rechazos por exceso de engrasamiento o por dentición.
Mientras la devaluación brasileña derrumba el precio internacional de la soja, la ganadería argentina se prepara muy gradualmente para volver con fuerza al mercado internacional mientras se pregunta si tras las elecciones eso será posible.