El vicepresidente del Consorcio de Ganaderos de Experimentación Agropecuaria (CEA), Marcos Pereira, señaló que la prolongada sequía sigue afectando al sector productivo en Paraguay, con una reducción del hato ganadero y un descenso en los porcentajes de preñez. A pesar de la incertidumbre climática y económica, confía en que el 2025 será un año de recuperación si las lluvias se regularizan y los mercados mejoran.
Pereira comentó que el sector productivo en general en Paraguay está muy expectante respecto a los pronósticos de lluvia, que, en teoría, comenzarían a darse desde febrero, compensando la falta de precipitaciones que ha afectado a todo el país.
Señaló que muchos sectores enfrentan una grave escasez de agua y expresaron su expectativa sobre la evolución del clima. “Según los pronósticos, La Niña se está retirando, dando paso a un sistema más neutral, aunque todavía no se observa con claridad. Existen zonas que realmente preocupan”, indicó.
En cuanto a la producción de animales, mencionó que la situación es preocupante, ya que el hato ganadero sigue disminuyendo. Respecto a los terneros, el impacto de la sequía del año pasado en la producción solo se conocerá al finalizar la actual campaña de vacunación contra la fiebre aftosa.
“Tenemos datos que indican que los porcentajes de preñez para este Carimbo Seis no fueron los mejores, y es algo que también está en descenso. La tasa de preñez sigue bajando como consecuencia de la sequía que venimos atravesando desde hace tres o cuatro años”, afirmó.
Consultado sobre el porcentaje estimado de preñez, explicó que es “muy relativo” y depende del sistema de producción que implementa cada ganadero. No obstante, la campaña de vacunación antiaftosa permitirá conocer la cantidad de terneros marcados y obtener un dato más preciso sobre la preñez del periodo anterior.
En lo que respecta al avance de la vacunación y las condiciones climáticas, mencionó que muchas regiones del Chaco, incluso el Bajo Chaco, siguen enfrentando una grave escasez de agua, arrastrando las consecuencias de un 2024 que ha sido uno de los años más secos de los últimos tiempos.
“La situación aún no se ha normalizado y es preocupante. Sabemos que la sequía afecta la vacunación, ya que dificulta el manejo del ganado. Tanto la sequía como las inundaciones generan problemas porque es necesario movilizar la hacienda y disponer de agua, lo que complica todo el proceso. Sin embargo, estamos esperanzados en que, según los pronósticos, la situación se regularice en marzo”, comentó el doctor.
Por otro lado, explicó que el aumento en la faena de hembras es consecuencia directa de la sequía. “Cuando la situación se vuelve tan crítica como la actual, los productores no tienen cómo mantener a sus animales en el establecimiento y se ven obligados a venderlos, ya sea para la invernada o para la faena. Algo tienen que hacer para evitar que mueran en el campo”, señaló.
Asimismo, expresó su convicción de que, con buenas lluvias, los productores comenzarán a retener nuevamente a las hembras. “También hay que considerar el factor económico. Si los precios son bajos, los productores deben cubrir sus costos y, en muchos casos, eso significa vender hembras para pagar cuentas. Es una combinación entre la situación económica y la climática”, subrayó.
En cuanto a los márgenes de rentabilidad del productor, comentó que se han reducido significativamente, ya que los costos han aumentado mientras que los precios del ganado en frigorífico siguen siendo bajos en relación con los gastos de producción.
Añadió que la ganadería es un negocio de bajo margen pero seguro. Sin embargo, si los precios actuales se mantienen, los productores se verán obligados a reducir la inversión en tecnología aplicada en el campo, lo que es una situación peligrosa. “Paraguay había comenzado a desarrollar un modelo de engorde y producción bastante eficiente, reduciendo la edad de los animales destinados a faena. Si los precios del mercado no mejoran, habrá un retroceso y se volverá a producir carne de bajo costo, basada en pasto sin nada de suplementación”, advirtió.
“Eso sería como pegarnos un tiro en el pie, porque con ese sistema no podremos acceder a los mercados más exigentes”, agregó.
Sobre la diversificación productiva, mencionó que los productores siempre buscan maximizar la rentabilidad de su tierra. Actualmente, regiones como Concepción y Amambay están migrando hacia la forestación como alternativa productiva.
“Si uno encuentra una manera rentable de aprovechar su tierra, debe optar por ella. No se trata de cerrarse a una sola actividad, ya sea ganadería, agricultura o forestación, sino de utilizar las herramientas disponibles para obtener el mejor rendimiento del campo”, explicó.
Finalmente, al ser consultado sobre las proyecciones para el 2025, se mostró optimista. “Estoy confiado en que el año será muy bueno, si las condiciones climáticas son favorables. Se espera una buena producción agrícola y que el sector ganadero ajuste sus procesos para retomar un ciclo productivo eficiente”, concluyó.