Las nuevas condiciones climáticas del último mes y medio dieron un giro a las perspectivas productivas para la próxima mitad del año, donde tenemos por delante el invierno, la zafra de animales de confinamiento y los servicios de primavera.

“Hay una condición climática favorable que no sucedía en los últimos tres a cuatro años, hay pasto y buenas perspectivas. Con esto, el ganadero está más abierto a invertir en mejorar su producción, siendo más eficiente y buscando una mayor rentabilidad”, apuntó a Valor Agro Gustavo Lagioia, gerente Comercial de Biogénesis Bagó Paraguay.

Lagioia dijo que Paraguay y la región tienen un desafío importante y es aumentar los niveles de producción, buscando estar lo más cerca posible a la premisa de lograr un ternero por vaca al año. “Con la nueva situación productiva, el productor está dispuesto a invertir para tener más terneros por vientres utilizando herramientas como la IATF, lo que permite eficiencia y calidad en la futura producción”, agregó.

Explicó que la inversión en paquetes hormonales es de bajo costo y alto impacto en la rentabilidad de las empresas agropecuarias. “Hay que buscar más terneros, con más peso y mayor genética, son productos que tienen y van a tener mayor diferencial de valor por kilo en el mercado”, afirmó.

En un negocio que cambió y se volvió más finito en números para los productores ganaderos, Lagioia consideró que producir menos terneros para bajar la oferta y mejorar los precios, “no es la forma de mejorar el negocio”.

Y agregó: “Cada vaca es una fábrica, y preguntaría a cualquier empresario si tendría una máquina produciendo a la mitad, que es lo que hoy está pasando en la ganadería nacional”.

Lagioia dijo que “el productor individualmente debe producir con el máximo potencial que tiene a través de sus fábricas, que son las vacas disponibles en el campo para tener la mayor cantidad de terneros”.

Al mismo tiempo, señaló que el objetivo no debe pasar por hacer más ineficiente la producción, sino en mejorar la eficiencia productiva y al mismo tiempo mirar más oportunidades comerciales a nivel país e internacional para incrementar la demanda y que esos interesados quieran pagar más. “El país necesita trabajar más juntos para seguir explorando oportunidades afuera que entreguen más rentabilidad a todo el complejo cárnico”, subrayó.

Por último, dijo que “indudablemente el negocio cambió”, y explicó que en Brasil hace 25 años la venta de un ternero dejaba una rentabilidad del 50%, mientras que en el último lustro la utilidad rondaba el 18%. “Los números son diferentes, pero Brasil no cambió su posición dejando de producir, por el contrario, mejoró la producción pero fue más agresivo en el mercado internacional para cubrir esa mayor oferta de terneros”.