Aumento en precios ha desestimulado las ventas, señalan los importadores.
Una caja de manzanas, peras, uvas o kiwis, que hace un año podía importarse por 45.000 pesos, hoy puede valer hasta 95.000. Este aumento, de más del doble en el precio de las frutas importadas, es consecuencia directa del aumento del dólar que se disparó de 2.392 pesos en enero a 3.012,96 pesos para mañana.
Hace un año, la libra de kiwi costaba 3.490; hoy cuesta 4.600, según Mauricio Bedoya, gerente comercial de Frutivirtual.com. Aumentó 31,8 por ciento. Algo similar sucede con la manzana (de 3.200 a 4.860 pesos) y la uva (de 3.200 a 5.800 pesos).
Son precisamente los importadores quienes han sentido el impacto del aumento de la divisa. Juan Guillermo Salazar, representante legal de la empresa importadora de frutas Todo el Mercado, asegura que sus productos se encarecieron 80 por ciento y que sus ventas en Bogotá han bajado cerca del 40.
En plata blanca, eso significa para su empresa una reducción en los ingresos cercana a los 400.000 pesos mensuales (33,3 % menos de lo que solía ganar).
Pero son los importadores de frutas los más afectados del sector de los alimentos, puntualiza la Secretaría de Desarrollo Económico, en un informe de agosto.
La entidad explica que el incremento del dólar ha perjudicado principalmente a textiles, alimentos y electrodomésticos; también figuran artículos de papelería, vehículos y autopartes.
En consecuencia, según el Dane, la desaceleración del comercio en Bogotá entre enero y junio fue de -0,6 por ciento.
Otros bienes se disparan
En la capital, por cada 1.000 pesos que un ciudadano gasta en bienes de consumo, 335 pesos los destina a productos que vienen del exterior. En el resto del país, la proporción es menor: 100 pesos de cada 1.000.
El 70 % de las ventas de Industrias Kores (importadora de materiales escolares y de oficina), por ejemplo, son lápices y colores.
Según Paola Cárdenas, asistente de importaciones y exportaciones, el precio de compra ha subido un 40 %, la mitad asumido por ellos como pérdidas y la otra mitad, por el consumidor final. Así, una caja de colores que costaba 5.300 en 2014 hoy cuesta 6.900 pesos.
Cárdenas calcula que la pérdida de su empresa, en lo que va corrido del año, está entre 800 y 1.000 millones de pesos.
No obstante, pese a los sondeos y balances, todas las empresas tendrán que esperar los cierres de año para conocer su situación real.
El caso de la importación en vehículos, partes y accesorios, por ejemplo, bajó un 24 por ciento entre junio de 2014 y junio de 2015, según información de la Asociación del Sector Automotriz y sus Partes, Asopartes.
El motociclista Javier Cristancho se ha visto afectado por los altos costos. Según él, los repuestos para su moto subieron entre 15 y 20 %. De acuerdo con el área de ventas de la tienda de repuestos para motocicletas Royle Store, una llanta que al inicio del año costaba 37.000 hoy vale 42.000 pesos.
Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar –que analiza el consumo– aconseja hacer “compras inteligentes”. No se trata de abstenerse de hacerlo sino estar seguro de que el producto que va a adquirir es necesario.
Fuente: El Tiempo – Colombia.