Si bien se recibió el año pasado un 6% menos en divisas, los volúmenes aumentan y esto habla de un segmento que no acusa tanto recibo de la coyuntura adversa internacional. Hay potencial en el rubro.
Las exportaciones no tradicionales alcanzaron el año pasado un valor de USD 700,1 millones, equivalente al 12% del total de las exportaciones tangibles. La reducción en la exportación de rubros no tradicionales fue del -6,6%, comparando con -21,7% en el caso de los envíos tradicionales (soja, carne, etc). Los vaivenes de 2015 en cuanto a recesión regional y coyuntura mundial, sin embargo, no golpearon tan fuerte al envío del segmento alternativo, cuyos volúmenes sí aumentaron en comparación con 2014 (ver infografía).
Víctor Bernal, director nacional de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), explica que, si bien el impacto de los productos no tradicionales en el total de las exportaciones no es muy importante (representa el 12%), estos sectores son de mayor intensidad de mano de obra, tanto en el ámbito primario como en el industrial.
«La reducción exportadora relativamente moderada permite concluir que los sectores no tradicionales son menos propensos a los efectos externos que influyen en nuestra economía. Es por ello que una política económica orientada en estos sectores podrá contribuir decisivamente en una economía nacional más previsible, más dirigible y menos volátil», sostiene.
¿Cuáles son los productos no tradicionales que registran auge y tienen más potencialidad en el país? le consultamos al funcionario, quien afirma que los rubros de cables y conductores aislados para electricidad aparecen a la cabeza, seguidos de artículos para el transporte o envasado de plástico, barcos para transportar personas o mercancías, mantas, papeles y cartones sin estucar, medicamentos aptos para venta minorista, cigarros y cigarrillos, insecticidas y demás plaguicidas, entre otros.
Uno de los factores que más inciden en la búsqueda para diversificar la producción nacional e intentar la colocación en los mercados del exterior es la disminución en el precio de los comodities, que viene afectando el ingreso de divisas por envíos. De alguna manera, Paraguay es uno de los «graneros del mundo» con su volumen de exportación agropecuaria. Existe, a criterio de Bernal, un contexto internacional complejo con la menor demanda de granos y carne bovina, sumada a la recesión brasileña, la ralentización del crecimiento argentino y las complicaciones de Rusia, fuerte comprador de proteína roja.
Como Paraguay cuenta aún con una alta concentración exportadora en los comodities, y una elevada dependencia de una cantidad limitada de mercados (en particular, precisamente Rusia y Brasil), el desempeño de estos factores es fundamental para comprender las tendencias actuales de exportación, según explicación del responsable del Rediex.
Para puntualizar los factores de mayor impacto negativo, Bernal indica que, por ejemplo, se exportó soja a un precio promedio de USD 507 por tonelada, valor que bajó a USD 362 en 2015. Por su parte, la crisis del mercado de Rusia afecta notablemente las exportaciones de carne del Paraguay, que son redestinadas a plazas de menores precios.
Así también la crisis económica brasileña, que se traslada hacia una reducción del consumo intermedio y final, registra una reducción de las exportaciones paraguayas a esa Nación del -33,5% en los productos tradicionales, y del -11,1% en los productos no tradicionales.
Finalmente, ¿qué criterios definen a los productos llamados no tradicionales? Bernal cita a los bajos o nulos volúmenes de exportación histórica, la contribución a la diversificación de nuestro sector productivo, además de un nivel avanzado de sofisticación o incorporación de tecnologías en el proceso productivo.