El Ministerio de Agricultura de Brasil dijo ayer que pedirá suspender una tarifa del 10% a las importaciones de maíz provenientes desde países externos al Mercosur, como Estados Unidos, en momentos en que los precios del grano cotizan en niveles récord debido a sus suministros ajustados.
Los productores de aves de corral y cerdo, que deben lidiar con los altos costos de los alimentos, cerraron recientemente acuerdos para importar 500.000 toneladas de maíz en los próximos meses, la mayoría provenientes desde la Argentina y Paraguay. La unión aduanera Mercosur, que incluye a Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela, contempla una Tarifa Exterior Común (TEC) del 10% sobre los granos provenientes de naciones externas al bloque. Asociaciones brasileñas de la industria ganadera dicen que las importaciones de maíz podrían alcanzar las 700.000 toneladas.
La ministra de Agricultura, Katia Abreu, dijo en los últimos días que buscaría que el maíz sea exento del impuesto llamado PIS/Cofins para intentar bajar los precios de las importaciones, pero el ministerio dijo que la Secretaria da Receita Federal (servicio de impuestos) se oponía a la medida porque afectaría el limitado flujo de ingresos del Gobierno.
Eliminar el TEC, como se conoce al arancel del 10%, no afectaría los flujos de ingresos recurrentes del Gobierno. «Estamos preocupados sobre el excesivo incremento en los precios de los alimentos, como el pollo y el cerdo», dijo Abreu, quien se reunió el lunes con el titular del servicio de impuestos para conversar el tema.
Si eventualmente el TEC fuera suspendido, la medida duraría entre seis y ocho meses, después de lo cual se espera que la industria local se haya ajustado a la demanda, sugirió el ministerio en una nota.
Durante ese período, Estados Unidos sería un candidato importante para realizar exportaciones de maíz a Brasil. En 2015, el ministerio dijo que Brasil importó sólo 272 toneladas de maíz de América del Norte.
La propuesta del ministerio llega luego del deterioro de la perspectiva climática para la próxima cosecha de invierno de Brasil, que se prevé alcanzará un récord de 57 millones de toneladas. Los pronósticos están siendo reducidos debido al clima caluroso y seco que está afectando a los cultivos. «La medida estimularía la compra de granos producidos en otros mercados asociados, como Estados Unidos», dijo Abreu.
Fuente: Ambito Financiero