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La operativa de la última semana en Chicago

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La operativa de la última semana en Chicago

El repaso de la operativa de la última semana en Chicago dejó un panorama de precios como hace tiempo no se veía, con todos los granos bajando en el acumulado de cinco días. Mientras que la soja y el trigo fueron quienes más lo sufrieron – con caídas de nueve dólares por tonelada para cada uno – el maíz bajó algo menos (seis dólares por ton), si bien no representa consuelo alguno, en absoluto.

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El llamado de atención, para la soja, se dio en los precios que cruzaron la barrera psicológica de los USD 10/bushel (equivalente a USD 367/ton), lo que podría hacerlo seguir de largo, en caso de no surgir novedades alcistas relativas a un recorte de la oferta en Sudamérica, por un eventual fracaso de la cosecha, o a un aumento de la demanda, que ya viene exigida al máximo.

Los grandes responsables de estas bajas fueron en gran parte los últimos reportes divulgados por el USDA el martes 13 de enero, los que arrojaron respectivamente una mayor producción final de soja para EEUU, mayores inventarios de la oleaginosa, algo menos de producción para el maíz (si bien todavía récord), y existencias muy grandes de trigo en EEUU y en el resto del mundo. Una vez pasada la volatilidad diaria característica de estos casos, los fondos empezaron a tirar de la piola de los contratos que tenían comprados en los diferentes granos y, como siempre tanto su salida como su entrada al mercado siempre es ruidosa,

Ésta no fue la excepción, por lo que a la liquidación de posiciones, siguió… más liquidaciones… Claro que para completar la escena, el petróleo no ayudó en nada a los precios, ya que el crudo no encontró su piso y siguió perforando niveles de soporte, por lo que los precios de los productos sustitutos – como el etanol – debieron ajustarse necesariamente también a la baja y, con ello, sus materias primas.

A esta tormenta perfecta se sumó las excelentes condiciones hídricas que parecen mantener los cultivos en Sudamérica, en donde se juega el segundo tiempo de los partidos anuales de la soja. Hasta el momento el clima viene programado en modo perfecto, lo que hace recordar al buen tiempo en el hemisferio norte, a la misma altura del desarrollo en los cultivos estivales.

Entonces, los fondos vieron que la receta del mercado era mayor oferta de EEUU (granos por todos lados) + mayor oferta (y menor demanda) de combustibles fósiles, lo que arrastró la demanda por biocombustibles (ante menor precio del crudo) + aparente mayor oferta de granos sudamericana, por excelente clima.

Lo único que parece estar aportando algo de soporte hasta el momento ha sido el excelente ritmo de exportaciones ya embarcadas, además de las ventas cerradas al exterior. Éstas últimas, al no ser todavía volúmenes embarcados, no son del todo firmes y constituyen la interrogante a partir de las próximas semanas, cuando empiece a tallar la oferta sudamericana – más competitiva – por lo que los chinos harían como cualquier ama de casa, comparando ofertas, calculando sus propios costos/barcos y decidiendo en consecuencia los próximos pasos.

Al igual en Brasil durante 2014 con el del 50, el fantasma de las cancelaciones camina por la bolsa de Chicago, con su calculadora a cuestas y el teléfono pronto para hablar en español o portugués, según quien cobre menos, logística interna incluída.

De aquí en adelante, tres elementos claves para atender con detenimiento: los precios, las primas y el clima. Seguramente este último – y el consecuente desarrollo de los cultivos – será el que vaya regulando necesariamente a los dos anteriores en las pizarras, pero es una buena forma de ir midiendo el aceite del mercado.
El tema de las calidades es otro asunto a tener en cuenta, no sea cosa que se termine sacando muchos kilos por sobre abundancia de agua en la región, en detrimento de la calidad y ser los últimos en saberlo. Lo peor sería enterarse de eso al leer la liquidación sobre el volumen entregado.

Qué tanto se separa el diferencial de precios locales con los de Chicago vs el histórico para las diferentes semanas. Ésa es una primera pista para, además del uso de las coberturas, estar al acecho de las oportunidades de captar márgenes que el mercado – aunque a regañadientes – vaya mostrando.
Si esto fuera el horóscopo, recomendaríamos para el presente año, hacerse amigo de algún servicio de meteorología confiable. O por lo menos tener sus datos a mano en la mesa de luz.

Fuente: FIMIX agrofinanzas