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La escala define el negocio del feedlot

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La escala define el negocio del feedlot

El tamaño del engorde a corral es clave para su viabilidad económica, ya que el margen por cabeza es mucho menor al que se obtiene en invernadas pastoriles. Cómo influyen los costos operativos y los gastos de estructura a valores de 2016. Por Juan Elizalde y Sebastián Riffel.

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La escala define el negocio del feedlot

La mayoría de los establecimientos engordadores existentes en el país encierra menos de mil cabezas anuales, lo que condiciona el resultado del negocio. En tal sentido, si bien la relación compraventa del ganado y los gastos en alimentos son determinantes de los costos directos, también tienen gran impacto la cantidad de cabezas encerradas, el número de ciclos que se realizan por año y la duración de los mismos.

En este marco, los especialistas Juan Elizalde y Sebastián Riffel analizan el impacto de la escala sobre los costos operativos, los gastos de estructura y los resultados económicos del feedlot.

Costos directos

Además de la compra del animal y del valor del alimento, los costos directos incluyen el personal (racionador, recorredor y peón) y los gastos en maquinarias (combustible, lubricantes, reparación y mantenimiento).

Para estimarlos, se utilizaron datos de establecimientos ubicados en la región pampeana cuya capacidad instalada varía entre 500 y 2.000 cabezas, que realizan dos ciclos anuales de engorde, volcándose los mismos en el Cuadro 1. Cabe destacar que el principal componente de este costo es el personal, que representa entre el 75% y 87% del total según las características de las empresas.

Si consideramos que el costo de hotelería a valores de 2016 es de alrededor de $2-2,5/cab/día, se puede observar que estos niveles sólo cubren los costos directos si supera las 3.000 cabezas engordadas por año.

Estructura y amortizaciones

Siguiendo con el análisis, se estimaron los gastos de estructura y las amortizaciones para obtener el resultado operativo (margen bruto menos gastos de estructura) y el margen neto (resultado operativo menos amortizaciones) por cabeza engordada, en distintos tamaños de encierres.

Como se advierte, los gastos de estructura y las amortizaciones pueden ser iguales o mayores que lo que se cobra en concepto de hotelería en muchos feedlots comerciales. En tanto, si se suman los costos directos y los gastos de estructura más amortizaciones, vemos que los costos totales de funcionamiento de un feedlot varían entre $7,91/cab/día y $2,68/cab/día, según se encierren 1.000 ó 4.000 cabezas en dos ciclos.

En plata

Además de estimar los costos operativos por cabeza y por día es interesante evaluar como varían los resultados económicos del engorde a corral según la escala del feedlot. Para ello, se utilizaron datos técnicos de consumos y eficiencias de conversión promedio de corrales obtenidos en diferentes establecimientos de la región pampeana (Ceconi, Elizalde y Riffel, 2015).

El costo de la ración, de $2.627/Tn MS, fue calculado en función de los precios actuales de las materias primas utilizadas para su formulación considerando el maíz propio. En tanto, los costos operativos fueron los calculados previamente. La categoría de engorde simulada fue novillito liviano (180 a 320 kg); los  precios de compra fueron $33,50/kg y los de venta de $32,50/kg. Los gastos comerciales (incluyen fletes y comisiones) fueron del 7% y 6% para la compra y la venta, respectivamente.

Para reflexionar

  • Si bien los resultados económicos expresados a través del margen bruto por cabeza aumentan con la escala, en realidad son relativamente bajos  ($30 a $303/cab). Esto indica la conveniencia de seguir aumentando la escala aún para capacidades instaladas de 2.000 cabezas (4.000 cabezas procesadas por año).
  • El impacto del costo de estructura y las amortizaciones puede ser muy negativo si la escala no es apropiada. Si la escala mejora, el margen neto se vuelve positivo pasando de $-437/cab a $183/cab.
  • Sin embargo, el crecer en cabezas con falta de estructura (comederos inadecuados para la ración, instalaciones de confort para el animal, etc.) determina que esta falta de inversión se pague con pobres resultados en términos de malas eficiencias de conversión y/o elevados gastos de alimentación.
  • Por el contrario, crecer con una estructura sobredimensionada para el tamaño del feedlot o la cantidad de cabezas a procesar puede llevar a que los resultados no mejoren con la escala. Por eso, cuando se decide crecer en tamaño hay que verificar que el mismo se traduzca en una mejora de la eficiencia en el uso de los recursos.
  • En síntesis, es fundamental que cada empresa defina claramente sus objetivos para dimensionar la estructura y la tecnología productiva en función de los mismos, con el fin de obtener resultados satisfactorios y permanecer en la  actividad.

Ing. Agr. Juan. Elizalde, Ph.D. (jelizade@arnet.com.ar)
Ing. Agr., M.Sci. Sebastian Riffel (sebastianriffel@hotmail.com)

Fuente: Valor carne