Cayó mucha lluvia entre fin de año e inicios de enero en el Chaco Central donde se realizan las investigaciones para obtener variedades de soja resistentes a las sequías y a las altas temperaturas, informó Luis Cubilla, gerente técnico de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
“Hace mucho calor pero los cultivos están creciendo de forma muy regular sobre todo en las parcelas experimentales”, informó.
Cubilla comentó que la soja se está adaptando bien al suelo chaqueño, pero va a depender de varias campañas para decidir cuáles son los materiales genéticos que más se adaptan. La expectativa es que estos granos formen parte de la suplementación animal.
“Llovió hasta 240 mm en una noche y eso no ocurría hace 10 años. Esto nos sirve para fortalecer las pasturas”, mencionó Erwin Reimer, presidente de la Fecoprod.
Sostuvo que hasta el momento los caminos permiten transportar con normalidad la producción de carne y de leche, salvo en la zona más baja de Filadelfia, donde el asfaltado juntó agua, dando una idea para corregir los desagües de la ciudad.
Otras zonas con inundación son las cuencas bajas del río Tebicuary en el departamento de Misiones, donde los cultivos de arroz tuvieron considerables pérdidas. Las lluvias se distribuyen en todo el país en el marco del fenómeno climático del Niño.
“La nueva variedad Sojapar R-19 brinda mejor producción, mayor seguridad de cosecha y económicamente, menor uso de fungicidas”, informó el gerente de Inbio, Ricardo Pedretti. “Con esta tecnología tratamos de dar una protección genética a la producción de granos”, resaltó.
La alianza público-privada del IPTA y el Inbio buscará el mismo éxito alcanzado con la investigación en trigo que en los últimos 50 años lanzó más de 14 variedades con una alta aceptación por parte de los productores.
Este fin de semana se comenzará la temporada alta de cosecha de soja. Por de pronto, los resultados de la Alianza Público-Privada para la investigación en soja ya se empiezan a ver con ansias de abarcar mayores superficies cada año.
INVESTIGACIÓN
En 2015 unas 16 variedades de soja adaptadas al Chaco paraguayo llegaron al país para iniciar el sueño de tener materiales genéticos capaces de tolerar las altas temperaturas y el estrés hídrico, características que imperan en esa zona.
Las semillas de soja provienen de la unidad ARS Stoneville del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y de la Universidad de Missouri.
Este trabajo se celebró dentro de la alianza estratégica entre la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) y el organismo del gobierno estadounidense que dispuso de su banco de germoplasmas para alimentar el proyecto.
Fuente: 5 Días