El presidente de la Unión Industrial del Paraguay (UIP), Enrique Duarte, brindó su mensaje de fin de año en representación del sector industrial del Paraguay en el que resaltó que el 2023 ha sido un año electoral que, como otros a lo largo del periodo democrático, introdujo un tiempo de transición y entrega de la posta del Poder político.

El industrial manifestó que el nuevo gobierno asumió en un ambiente de alta dosis de estabilidad institucional y macroeconómica, rasgo no menor de nuestra democracia, y resultado del esfuerzo compartido de todos los paraguayos.

Durante su discurso Duarte, precisó que las cifras del repunte económico, no nos deben hacer olvidar, que lo macro garantiza su continuidad, siempre y cuando, los beneficios del desarrollo alcancen a todos los paraguayos.

“El rendimiento económico, debe ir de la mano de la mejoría en la calidad de vida y del empleo.  La estabilidad reposa en bases sólidas. No hay excusas para no acelerar las reformas que diversifiquen el modelo económico”, señaló.

Además, habló apuntalar un modelo industrial, amigable con el medio ambiente, sostenible en el tiempo, y socialmente inclusivo.

En su mensaje también expresó que se debe convertir en una plataforma segura para la industria manufacturera e intensiva en el uso de los recursos humanos.  “Examinemos nuevos nichos de mercado, incorporemos conocimiento, innovación e imaginación a la producción industrial, asumiendo el desafío tecnológico, y adaptando nuestra matriz industrial a las necesidades del mercado global del siglo XXI”, destacó.

Gobierno. Duarte instó que a que el timón de la conducción política debe estar en manos firmes. Que el gobierno ponga en marcha su vocación reformista, y que el sector, consolidará un parque industrial idóneo, para abastecer al mercado local y para la exportación. Teniendo siempre presente, que las Mipymes son como los vasos y arterias que oxigenan el tejido social.

Añadió que el gobierno de Santiago Peña cuenta con las herramientas y la legitimidad para hacer lo que se debe hacer, por lo que no existe pretexto, tampoco justificación para dilatar el inicio de la etapa de los grandes cambios.

“Las promesas electorales, deben ser demostradas, la gente no quiere ser defraudada. Las expectativas de la industria, demanda liderazgos que orienten y ofrezcan soluciones viables. Para hacer un buen gobierno, hay que aprender a escuchar”, acotó.

En esa línea, apuntó que el buen administrador de la cosa pública, debe tener la disciplina y humildad, para sentarse a conversar con los sectores afectados por las políticas públicas. Así como la brecha entre la expectativa y la realidad se acorta con actos de gobierno transparentes y eficaces.

Y agregó: “Que el presidente de la república, y las demás autoridades, deben destinar su tiempo y empeño, en corregir las estructuras torcidas de un modelo de desarrollo muy vulnerable a los vaivenes externos”.