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En Brasil no mejoran los problemas de los sin tierra en tiempos de Rousseff

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En Brasil no mejoran los problemas de los sin tierra en tiempos de Rousseff

La brasileña Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) realizó un balance de los sucedido en el  cuatrienio 2011-2014, que muestra que en ese periodo se produjeron los peores indicadores en materia de reforma agraria en los últimos 20 años, indicó a IPS una de sus coordinadoras, Isolete Wichinieski.

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“Históricamente, ha habido alta concentración de tierras en Brasil”, recordó, pero lo preocupante es que durante el primer gobierno de Rousseff, quien inició su segundo mandato el primer día del año, “la tierra se ha concentrado todavía más”.

“Hubo una caída de las cifras de nuevos asentamientos rurales o de titulación de territorios indígenas y de quilombos (comunidades de descendientes de esclavos africanos), mientras en cambio aumentó la inversión en el agronegocio (agroindustria)”, aseguró Wichinieski.

Los movimientos sociales alimentaban la esperanza de que Rousseff, perteneciente al izquierdista Partido de los Trabajadores, como su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), tomase como bandera la democratización de la tierra.

Pero la política económica de su gobierno se enfocó en los incentivos a la agroindustria, la minería y los grandes proyectos de infraestructura.

Según el informe de la CPT, durante el primer gobierno de Rousseff se asentaron  103.746 familias, lo que resulta un dato engañoso, porque 73 por ciento de ellas corresponde a procesos que ya estaban en marcha antes y habían sido cuantificadas en años anteriores.

Si se computa solo a las nuevas familias asentadas en nuevas parcelas el monto se reduce a 28.000. En particular, durante 2014, el gobierno reconoce haber regularizado solo 6.289 familias, una cifra considerada insignificante por la CPT.

Desde 1995 se dio un renovado impulso a la reforma agraria, con un ministerio especial dependiente de la Presidencia y otros instrumentos legales, en gran parte forzados por la presión en todo el país del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).

Como resultado, durante el mandato de Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) se asentaron 540.704 familias, cifra que subió a 614.088 durante los dos mandatos de Lula,  según datos del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra), que precisa que en este siglo se crearon 9.128 asentamientos rurales.

Brasil no es país para los sin tierra en tiempos de Rousseff

Parte del Campamento Dom Tomás Balduíno, con sus carpas en la ribera del río que atraviesa la Agropecuaria Santa Mônica y los primeros cultivos sembrados en las 400 hectáreas ocupadas por campesinos brasileños sin tierra. Crédito: Cortesía del MST

Para que la reforma agraria sea efectiva, argumenta la CPT, hay que crear nuevos asentamientos de tierras y reducir la concentración de la propiedad rural en este país de 202 millones de personas. Pero no se cree que Rousseff avance en esa dirección, admitió Wichinieski.

El tema de la reforma agraria no formó parte de la campaña electoral que condujo a la reelección de la presidenta en octubre y la nueva composición del gobierno incluye nombres de la llamada “bancada ruralista” del bicameral Congreso legislativo, como se define aquí a los parlamentarios vinculados al poderoso sector de la agroindustria.

La ministra de Agricultura es la senadora y presidenta de la Confederación Nacional de Agricultura, Kátia Abreu. En una entrevista con el diario Folha de São Paulo, el 5 de este mes, sorprendió al asegurar que ya no había latifundios en Brasil.

“Abreu tiene visiones retrógradas hacia la agricultura, niega la existencia del trabajo forzado en el campo, no se preocupa por la preservación del ambiente y argumenta a favor del uso intensivo de agroquímicos en la producción de alimentos”, criticó Wichinieski.

El conflicto por la tierra se ha intensificado, según la CPT, al vincularse con la expansión de la ganadería y de los monocultivos, como soja, caña de azúcar, maíz y algodón, y donde hay un alto componente especulativo en el manejo de los grandes terratenientes, con intensos nexos con los políticos.

Fuente: ips