Representantes de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (APPEC) y del Consorcio de Ganaderos para la Experimentación Agropecuaria (CEA) ofrecieron una conferencia de prensa en la que abordaron la problemática de la fijación de precios por parte de las industrias.
El presidente de la APPEC, Ramiro Maluff, señaló que esta práctica, que ha permitido a las industrias mantener operaciones rentables en todo momento, ha obligado a los productores a vender por debajo de sus costos.
Comentó que después de una mejora sostenida en los precios, impulsada por la creciente demanda mundial de carne vacuna, los frigoríficos tomaron la decisión inesperada de suspender las compras. Pocos días después, comenzaron a ofrecer precios inferiores a los de la semana anterior. “Pasaron de US$ 3,70 a US$ 3,20 por kilogramo al gancho, lo que implica una reducción del 15 %”, explicó el directivo.
Señaló que países como Uruguay y Argentina han logrado posicionar sus carnes en el mercado internacional, convirtiéndose en un pilar clave para sus economías rurales, gracias a los Institutos de la Carne, como el INAC de Uruguay y el IPCVA de Argentina. En Paraguay, los gremios del sector peculiar han buscado, durante años, crear una institución similar que, en conjunto con las industrias y sectores gubernamentales especializados, impulse la transparencia y clarifique el camino hacia nuevos mercados.
Consultado sobre si un Instituto de la Carne justificaría la inversión que realiza el productor, Maluff respondió que sí, y que resulta razonable. “Observamos que es necesario realizar mucho más marketing del que se hace actualmente. Si nos comparamos con Uruguay, Argentina y Brasil, existen enormes diferencias. Por ello, tenemos razones para trabajar de manera conjunta en la creación de un instituto -que podría llamarse de otra forma-con el objetivo de generar confianza, algo que hasta ahora no se ha logrado plenamente entre los eslabones de la cadena”.
Y agregó: “A pesar de los esfuerzos, hemos enfrentado una constante oposición para formar una entidad que fomente la confianza entre los actores involucrados. Esta confianza es esencial para el desarrollo de una ganadería de alta calidad, capaz de competir a nivel internacional y posicionar a la ganadería paraguaya en el lugar que merece”, señaló Maluff.
Por su parte, el presidente del Consorcio de Ganaderos para la Experimentación Agropecuaria (CEA) Diego Heisecke destacó que la situación vivida este año obligó a vender más ganado para cubrir los costos, incluso vientres que no deberían haber sido vendidos. Además, señaló que los productores han tenido que endeudarse aún más, incrementando la deuda existente, que asciende a 1.700 millones de dólares en el sistema financiero, y enfrentándose año tras año a la necesidad de refinanciación por falta de recursos para cubrirla.
Heisecke subrayó que el Instituto de la Carne es “una realidad necesaria” y manifestó su interés en dialogar con la industria para establecer mayor transparencia. “Si sabemos que el precio de exportación cayó, no vamos a exigir un mayor precio a la industria; Tendremos que acompañarla. Pero eso no está ocurriendo. Es al revés”, afirmó.
Agregó que el precio actual de exportación es de US$ 5.560 por tonelada, y no ha bajado, sino que incluso ha aumentado, al igual que el volumen de exportación. “Entonces, ¿por qué han caído los precios? No hay otra respuesta que la concentración y el manejo del precio sin la intervención del productor”, indicó.
Finalmente, enfatizó que el Instituto de la Carne no tiene como objetivo regular los precios de pago al productor, sino establecer una mesa de diálogo para identificar mercados más importantes, defender la carne paraguaya y garantizar la transparencia. “Esta transparencia permitirá que, junto con la industria, determinemos el mejor camino a seguir, para que todos compartamos los beneficios de manera equitativa”, concluyó.