Rossana Riveros| Valor Agro
La ganadería paraguaya cuenta oficialmente con una herramienta clave para formalizar y brindar mayor transparencia al sector: la implementación del Sistema de Identificación Animal (SIAP). Se espera registrar más de 2,6 millones de terneras y terneros, con la meta de identificar más del 90% de la existencia de carimbo 5 en el país.
El presidente del Senacsa, José Carlos Martín, destacó que, tras años de trabajo con el sector privado, se logró un consenso para implementar el SIAP, un sistema que marcará un antes y un después en la ganadería paraguaya.
Señaló que también existieron “discusiones sanas” y que se siente satisfecho por el punto de equilibrio alcanzado entre todas las posiciones para lograr la implementación. “Ahora, a esperar la apertura de los productores. En estas primeras dos semanas ya se han repartido casi 400.000 caravanas, un número muy importante y positivo”, destacó.
En cuanto al valor agregado que esto puede aportar al productor, indicó que, desde el punto de vista del desarrollo de la política pública, el objetivo es fortalecer el complejo cárnico nacional. Consideró que para el productor representará una nueva perspectiva sobre la gestión ganadera, lo que se traduce en mayor productividad, aumento de eficiencia y, a su vez, un impacto positivo en el sector económico.
“Hay que mirarlo desde esa óptica y tener un poco de paciencia, porque ninguna política pública se construye esperando resultados inmediatos. Este proceso tomará algunos años para su implementación, ejecución y ajuste de detalles, permitiéndonos adquirir nuestra propia experiencia”, expresó.
Añadió que, hace más de 20 años, algunos visionarios establecieron las comisiones de salud para la vacunación contra la fiebre aftosa, con el fin de garantizar que la inmunización se realizará de manera correcta.
“El mismo impacto está teniendo la implementación del SIAP, que marcará un antes y un después en la ganadería paraguaya”, remarcó.
Martin Camperchioli se refirió a la gratuidad de las caravanas y dejó en claro que el retiro de las mismas no tiene ningún costo.
“Está cubierto al 100% por el Senacsa, lo que permite cuidar al pequeño productor, pero también reivindicar el aporte del gran productor al Senacsa. Este puede retirar un producto de primer nivel, cuyo costo real puede conocer sin inconvenientes”, concluyó.