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Entre la intención de levantar y la de seguir: Paraguay discute el futuro de la vacunación contra la aftosa

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Entre la intención de levantar y la de seguir: Paraguay discute el futuro de la vacunación contra la aftosa

Guillermo Crampet | Valor Agro 

Con una destacada convocatoria, que implicó a todos los actores del complejo cárnico nacional, el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) conformó una mesa informativa para presentar el escenario mundial, regional y la actualidad de Paraguay en relación al comercio global de carne, los desafíos y las oportunidades, con el foco puesto en un programa que busca levantar la vacunación contra la fiebre aftosa en el país.

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Según supimos en  Valor Agro y como habíamos informado hace dos años, la intención del Senacsa es que la última vacunación suceda en 2026, y en el 2028 poder solicitar a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) la certificación para el cambio de estatus a libre de aftosa sin vacunación.

Si bien el presidente del Senacsa José Carlos Martin fue transparente en la última reunión de este martes y dijo que la decisión se tomará en conjunto con la posición del sector privado, el Gobierno mantiene el foco de mirar con buenos ojos el levantamiento, tal como sucedió recientemente en Brasil y Bolivia.

¿Cuál es la posición de los privados? En Valor Agro hemos hablado con varios actores claves de la ganadería, tanto del sector primario como también el industrial; y hay una idea clara de que el riesgo es grande y hay una visión común de mantener un esquema que entrega seguridad, abrió mercados y no implica costos significativos para la producción, una inversión que ya está integrada en las planificaciones de las empresas.

En noviembre del año pasado en Valor Agro accedimos a un estudio que se hizo en convenio con el Senacsa, que realizó la INCAE Business School y fue financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que fue denominado “Análisis de la competitividad de la ganadería cárnica paraguaya, evaluación de costos y beneficios para la adopción de una estrategia país libre de fiebre aftosa sin vacunación y la identificación de sus posibles efectos”.

El trabajo implicó una encuesta a 162 productores dedicados a la cría, la invernada, la cría e invernada, ciclo completo y cabaña; ubicados en las dos regiones productivas de Paraguay.

Como conclusiones, se entiende que la ganadería de carne en Paraguay tiene un peso más importante versus los países de la región (a excepción de Bolivia), y se señaló que un 71% de los productores no están a fin a abandonar el programa de vacunación contra la fiebre aftosa, pero de ese número un 14% podría estar dispuesto a dejar de vacunar si se reúnen ciertas características como: garantías y fronteras seguras, control y monitoreo, y profesionales capacitados.

Como puntos altos, el informe elaborado por economistas demuestra que “no se encontró evidencia de diferencias estadísticamente significativas de mejoras en los precios de mercado entre países libres de fiebre aftosa con vacunación y libres de fiebre aftosa sin vacunación en América Latina”.

Además, se señaló que “mantener el esquema de vacunación parece tener el menor valor actualizado neto de los flujos de costo dado los riesgos de un potencial brote y sus efectos en los precios y volúmenes de exportación. En un escenario libre de fiebre aftosa sin vacunación, sin la ocurrencia de un brote, existe potencial de obtener beneficios económicos”.

¿Qué más dejó la reunión? Si bien hay una posición del complejo cárnico bovino de seguir vacunando, desde la Asociación Rural del Paraguay (ARP) se propuso trabajar en un plan quinquenal (2025-2030), lo que extendería algunos años el comienzo del proceso para dejar de vacunar.

Ese lustro sería importante para definir una hoja de ruta y discutir cómo debería ser el camino para un futuro levantamiento de la vacuna.

Mientras tanto que desde la industria hubo posiciones más enfrentadas, pero la realidad que internamente se votó por mayoría la intención de seguir vacunando pero con ánimo de mirar con atención la información disponible, las experiencias cercanas y escuchar a los mercados para evaluar un futuro cambio de estatus.

En definitiva se definió conformar una mesa de trabajo con pocas personas pero la mayor representación posible para empezar a intercambiar información al más alto nivel y trazar las líneas a seguir.

El complejo cárnico no está cerrado de forma radical a su posición de seguir vacunando, siempre y cuando encuentre en el camino beneficios de valor que favorezcan a tomar una decisión que hoy carga más incertidumbres que certezas, considerando todo lo que Paraguay ha venido logrando en el mercado internacional y también tomando de ejemplo los resultados de otros actores claves, como Uruguay, en el mundo de la carne.

Finalmente, en esta mesa hay un jugador importante y es el cerdo. Un sector que podría encontrar una ventana más grande si se levanta la vacuna, pero también carga con la posibilidad de un cierre total ante un futuro brote, de la mano con el resto de las proteínas.

La palabra que más predominó fue la de prudencia, pero también la de tener apertura para escuchar, discutir y pensar en decisiones que sigan ofreciendo crecimiento a la ganadería nacional.