El presidente del Senacsa, José Carlos Martín, habló en Valor Agregado en Radio Asunción 1250 AM sobre el futuro de la vacunación contra la fiebre aftosa tras la reunión con representantes del complejo cárnico, donde hay una posición oficial de un levantamiento a partir del 2027. Ofreció una visión profunda y técnica sobre el futuro de la ganadería paraguaya, con un enfoque central en la posible erradicación de la vacunación contra la fiebre aftosa. La entrevista abordó las conclusiones de recientes encuentros con el sector cárnico, los beneficios comerciales de un cambio de estatus sanitario y los desafíos que implica este ambicioso objetivo.
Sencasa convocó a una reunión a todos los actores del complejo cárnico nacional para hablar del futuro de la vacunación contra la fiebre aftosa en el país, ¿cuál su reflexión del encuentro?
Fue un encuentro de gran trascendencia. La conclusión más importante es la gratitud general por haber logrado un consenso en torno a una política pública de esta magnitud después de mucho tiempo. La clave de esta estrategia ha sido el diálogo constante con el sector privado, una alianza público-privada que nace de la sinergia entre Senacsa, la Asociación Rural del Paraguay (ARP), la Cámara Paraguaya de la Carne y la Fundassa. La satisfacción de todas las partes involucradas fue la conclusión más valiosa que pudimos extraer de la reunión.
Desde la visión oficial de Senacsa, por ende del Gobierno; se se entiende que el futuro de la ganadería paraguaya pasa por un cambio en su estatus sanitario: ¿es este el punto más alto a considerar como resultado de esa reunión?
Absolutamente. Como responsables de la política sanitaria del país, tenemos la obligación de comunicar lo que sucede a nivel regional respecto a la fiebre aftosa. Lo ocurrido con Brasil y Bolivia es un claro ejemplo; Bolivia es un jugador incipiente, mientras que Brasil, a excepción de Taiwán, es un competidor nato en nuestros mercados. Debemos transmitir esta información y proponer una agenda de trabajo a corto y mediano plazo. El objetivo es que Paraguay sea libre de aftosa sin vacunación. Personalmente, no es de mi agrado no vacunar, pero alcanzar el estatus máximo en certificación internacional es algo que el país y nuestros productores, por su arduo y constante trabajo, merecen.
¿Por qué conformarnos con un segundo puesto cuando las condiciones están dadas para alcanzar la máxima categoría y estar al nivel de los demás países? Los datos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) son elocuentes: entre el 31 de mayo y el 1 de junio, con la aprobación de todo lo referente a Brasil y la actualización de los mapas oficiales, el 65% de los animales en América del Sur ya poseen una certificación de libre de aftosa sin vacunación, mientras que el 34% restante continúa vacunando. Si incluimos a toda la región de las américas, el 85% del hato ganadero es libre de aftosa sin vacunación con certificación de la OMSA, y solo el 15% sigue utilizando la vacunación, como es el caso de Paraguay.
Comercialmente, el 72% de la carne comercializada globalmente el año pasado provino de países con certificación de libre de aftosa sin vacunación. De ese porcentaje, solo el 14% corresponde a los tres grandes exportadores que aún vacunan en gran parte de su territorio: Argentina, Uruguay y Paraguay. Argentina ya tiene una región importante libre de aftosa sin vacunación, dejando a Paraguay, Uruguay y tres cuartas partes de Argentina en el grupo de los que aún vacunan. El 12% restante es India, un actor principal en la exportación de búfalos, que mantiene su estatus sin vacunación.
Para graficar un poco más, en términos de oportunidades y desafíos, hoy este cambio de estatus, “llegar a ese estatus máximo”, ¿es un hecho meramente conceptual, de reconocimiento y posicionamiento para el país como resultado del trabajo público-privado, o existen otros beneficios comerciales?
Desde el punto de vista comercial, hemos avanzado muchísimo en los últimos años. Todos estos logros, a partir de 2020, nos impulsaron a trabajar en la idea de un Paraguay sin vacunación. Explicamos esta visión desde la perspectiva de todos los departamentos involucrados, especialmente el comercial. Nuestro objetivo estratégico ha sido la inserción de productos pecuarios en todos los mercados, y para poder hablar y ganar la confianza del productor, teníamos que tener primero los logros. Considero que estas discusiones llegan en un momento muy oportuno, ya que hemos obtenido éxitos significativos, y la cadena productiva demuestra una gran confianza.
Como servicio veterinario oficial debemos ser consecuentes con nuestras acciones. Si hoy todos los países preguntan cuándo Paraguay avanzará y dejará de vacunar, dados los resultados que tenemos en inmunidad, actividad viral y estructura sanitaria de vigilancia activa y pasiva, no nos queda más que dar el siguiente paso. De lo contrario, no seremos consecuentes y perderemos credibilidad y, lo que es más importante, tiempo. Si tenemos algún empate comercial con otro país, se inclinará rápidamente en nuestra contra si perdemos competitividad. Por eso proponemos esta hoja de ruta. Aunque falten 18 meses para que se ejecuten estos cambios, es tiempo suficiente para cerrar brechas, tomando como ejemplo lo realizado por Brasil y Bolivia, así como lo que Paraguay ha venido haciendo de manera ordenada durante 10 años. Tenemos la seguridad de que, poniéndonos de acuerdo con el sector privado, Paraguay alcanzará el estatus de libre de aftosa sin vacunación. No me cabe la menor duda.
En base a lo que menciona, ¿se podría afirmar que en 2027 Paraguay ya no estaría vacunando?
No, eso es lo que Senacsa, como ente veterinario oficial de Paraguay, propuso. Continuamos en discusiones. Quiero dejar en claro que tenemos tiempo, nos quedan seis meses para seguir debatiendo la idea, y estamos abiertos a escuchar cualquier propuesta, plan o información adicional que pudiera impedir que Paraguay siga progresando. La idea no es generar una situación de riesgo. Hemos explicado muy bien todo el trabajo realizado desde 2020 para la evaluación de riesgos, tanto internos como externos, de la fiebre aftosa.
Hay mucho trabajo detrás de esto. No es solo esta discusión; hubo trabajos previos de compartimentación, análisis de riesgos, e inversiones significativas en nuestro laboratorio. Probamos nuestra estructura operativa y financiera durante la pandemia de COVID-19, cuando procesamos el 30% de las muestras del país utilizando nuestros propios fondos. Hemos venido dialogando y discutiendo con el sector privado desde hace tiempo que este debería ser el camino, con una fecha tentativa que, aunque es muy improbable que se adelante, debe ser asumida desde el punto de vista político. Esto no sucede de la noche a la mañana.
Pero desde Senacsa se estará trabajando, en esas mesas técnicas y ejecutivas, para establecer el objetivo claro de un 2027 sin vacunación y libre de aftosa.
Así es. Estamos trabajando arduamente. Se decidió con la Asociación Rural, con la industria y con todos los actores, conformar una mesa más reducida para poder trabajar y disipar todas las dudas que puedan existir. Quiero enfatizar que hoy no existe riesgo. Incluso la propia vacunación, contra los serotipos de aftosa que existen, se realiza desde hace tiempo contra dos de los que están presentes en Europa, África y Asia, que no son los mismos que en Sudamérica, y ese riesgo se mantiene igual. En Sudamérica, gracias al trabajo de Brasil, Paraguay y otros países, el virus ha sido aplastado y no existe ningún tipo de circulación.
Dentro de lo que es el levantamiento para el bovino, ¿es una política que busca darle robustez y potenciar la carne bovina en el mercado internacional a mediano y largo plazo, o busca potenciar a Paraguay en su conjunto, abriendo otros sectores como el cerdo?
Sí, pero quiero hacer una aclaración respecto al cerdo. En los últimos cuatro años, abrimos mercados de carne bovina equivalente a cuatro veces la producción de Paraguay. En carne de cerdo, hemos abierto mercados equivalente a 100 veces la producción de Paraguay, y hemos logrado cosas importantes. Por ejemplo, lo último que se consiguió en Singapur fue la habilitación para exportar carne con hueso, y esto fue posible porque tenemos cerdo sin vacunar. Aprovechamos esa ventaja en la negociación y logramos la habilitación con hueso para ambas especies.
Tenemos un crecimiento y un potencial enorme en el sector porcino, pero el desarrollo no vendrá tanto del lado del mercado, sino de la producción. El mercado ya está abierto y se abrirán más para la segunda quincena de julio. Ahí es donde tenemos que trabajar: en aumentar la producción. Creemos que será más difícil atraer grandes capitales para la producción porcina, ya que vendrán con un estatus ambiguo porque no vacunamos al cerdo. Ustedes saben que en otros países, como en Asia, se vacuna al cerdo, que es un animal susceptible. Nosotros no vacunamos al cerdo y tampoco estamos libres de aftosa sin vacunación, por lo que debemos dar mensajes claros. El cerdo tiene un gran potencial de mercado, no tanto así de producción actual, pero está aumentando y en dos años veremos un panorama mucho más ambicioso.
En base a lo que está mencionando, ¿se puede asegurar que levantar la vacunación en Paraguay tiene garantías y se puede transmitir tranquilidad a los productores de que no habrá riesgo de brotes o complicaciones futuras en el negocio, sobre todo considerando experiencias anteriores como la de 2011?
El Paraguay de 2011 era completamente diferente, tanto en su estructura como en sus mercados ganaderos. Debemos creer en lo que se hizo y se logró en los últimos años, no solo en lo que se va a hacer. Y eso fue gracias a una credibilidad forjada entre el sector público y privado; todos trabajamos de manera igual. Por lo tanto, debemos ponernos objetivos para que el sector mejore, para que Paraguay mejore y nos posicione en el primer nivel. Repito, ¿por qué tenemos que conformarnos con jugar en segundo lugar? Tenemos el potencial y somos lo suficientemente creíbles. Por eso se consiguieron mercados en los últimos años. Creo que Argentina y Uruguay han logrado muchas cosas, pero llevan 25 años trabajando. Lo que Paraguay consiguió y en el tiempo en que lo logró, sorprende al mundo. Por lo tanto, debemos ser consecuentes; no existe el riesgo. Tenemos la obligación de decir la verdad a la gente, no queremos crear falsas expectativas. Existen varios serotipos de aftosa en el mundo, y nosotros vacunamos contra dos de ellos, cuando existen siete. Obviamente, los mercados comenzarán a contratar y ya lo han hecho, dadas las situaciones de Brasil y Bolivia.
Esta política, ¿va acompañada de acciones de banco de vacunas? Como lo tiene Estados Unidos, por ejemplo…
El tema del banco de vacunas me sorprende, ya que Paraguay fue el primer país en toda América del Sur en firmar su adhesión a un banco. Uruguay no lo tiene, y Brasil está cerrando su banco ahora, lo cual fue la queja oficial de Paraguay en la última CONSALFA, precisamente por la falta de bancos. Sobre todo, Brasil debe entender que existen países más pequeños que ellos, por lo que debemos trabajar y aprovechar la economía para tener un banco de vacunas regional.
El lunes pasado presentamos tres opciones: trabajar con el banco regional, un banco nacional que seguimos estudiando con los bancos de vacunas nacionales a través de las dos industrias paraguayas que tienen, y el tercero, un borrador que aún no he firmado debido a citaciones internacionales, con una empresa argentina muy conocida que ya tiene un banco establecido. Ahí tendremos que negociar cómo estructuramos, cuántas dosis y cuántos antígenos vamos a solicitar. Pero tenemos todo, es un poco la decisión de avanzar y no avanzar sin resultados. Lo que no queremos es trabajar en vano. Si esto causa algún tipo de problema, queremos estar seguros para dar el siguiente paso. La pregunta sobre el banco de vacunas en Paraguay es frecuente en el exterior, y fuimos el primer país en buscar estas alternativas.