La moneda de Brasil tocó los valores más bajos de la historia en comparación al dólar. El desplome del real presiona a varios países de la región, debido a una mayor competitividad en sus exportaciones a los mercados internacionales. Miguel Gularte, director de JBS Mercosur, principal industria brasileña, analizó la situación del país en Valor Agregado por radio Carve (Uruguay).
– ¿Cómo se observa la devaluación del real con respecto al dólar?
– En Brasil no se dramatiza la devaluación como lo hacen las portadas de los diarios en Uruguay. Tenemos una economía fijada en reales y, desde el punto de vista de la economía doméstica, la devaluación no tiene una incidencia muy fuerte. Actualmente tenemos el dólar con un valor de 4,08 reales.
Esto genera una competitividad muy grande y buena en Brasil, por la mano de obra y costos de haciendas, que supera a los países de la región. Sí es cierto que Brasil experimenta una crisis de consumo, pero la carne se mueve con absoluta normalidad, por una razón muy sencilla: una crisis con aumento de desempleo y división del consumo, el último rubro que se toca es el alimentario, por ende, las ventas siguen teniendo un mercado local estable.
Por otra parte, hay una dimensión del volumen de la faena que es acorde al nivel de consumo, generando un equilibrio oferta/demanda muy bueno. Esto permite que los precios sean estables. Además, la exportación continúa siendo atractiva para las empresas y las industrias frigoríficas viven un momento bastante bueno.
– Observando las exportaciones… ¿qué alternativas le resulta interesante al exportador brasileño?
– China está ocupando un espacio creciente en Brasil y eso es muy interesante, porque es un hecho reciente, hace cuatro meses que ingresamos al mercado y ya es un jugador importante. Gracias al buen trabajo gubernamental, en términos desarrollo, opciones y aprobaciones sanitarias, Brasil posee una estabilidad destacada en China, Europa, Asia y América del Sur, ejemplo Venezuela.
Todos estos destinos, frente a un dólar competitivo y una oferta de productos más restringida, le permiten al exportador decidir cuál es el mejor mercado para sus envíos.
– ¿Cómo observan a China desde Brasil con la reducción de precios?
– China tuvo una reducción de precios que era esperada frente a una desaceleración de la economía, pero sigue siendo un mercado con niveles atractivos.
– ¿Se espera por el ingreso a otros mercados?
– Brasil está a la espera de la apertura de Estados Unidos para la venta de carne natural y cuando eso suceda, que será sobre el primer trimestre del año 2016, seguramente tendremos una opción más; y como es sabido, el mercado americano es un factor de equilibrio muy interesante para las industrias y productores ganaderos.
– ¿Cuál es la tendencia del Real?
– Si supiera esa respuesta estaría haciendo otras cosas fuera de la industria frigorífica. Sin embargo, escuchando y leyendo las noticias no se ve ninguna señal concreta de tendencia, pero si vamos a los fundamentos de la economía, quizás, el dólar a 4,08 reales sería un precio razonable. A nivel político los números podrían ser otros, algunos aseguran que los valores serán superiores, y otros, que es el máximo hasta que las aguas políticas se calmen.
Haciendo futurología, cosa que no me gusta, el precio va a establecerse en los cuatro reales por dólar, y si tuviera que hacer una apuesta, el valor será del actual para arriba y no para abajo.
– ¿Cómo se observa el negocio de la carne en Uruguay?
– Pensando en nuestro negocio en Uruguay, es imposible hacer una comparación directa, porque no es el modo correcto de analizar el negocio ganadero en el país. Sería un error la comparación, ya que tengo acá un proceso de devaluación y cambio monetario muy fuerte, y eso, evidentemente genera en la relación del precio de Uruguay (US$ 3,38) y en Brasil (US$ 2,38) una diferencia brutal del 80% y si pienso en términos de mano de obra la diferencia también es muy grande.
Uruguay debe pensar en cumplir con el deber de casa. Las industrias deben aumentar su producción y buscar una mayor competitividad y dejar que el precio de la hacienda obedezca como siempre el juego de la oferta y la demanda.
Asimismo tiene una ventaja muy grande, ya que posee una estabilidad de mercados importante y una producción de carne de calidad europea. No hay dudas que es un hecho interesante para los importadores del mundo.
Sí tengo claro que en algún momento y de alguna forma los efectos de la región golpean a Uruguay. Espero que ese efecto no deje a el país sin acción, para eso hay que evitar un atraso cambiario artificial, que sería penoso, y buscar una mayor competitividad con un aumento de producción industrial. Tengo la esperanza que eso ocurra. También, si los efectos golpean, es relevante no quedar aislado de la realidad económica del Mercosur.
Fuente: Rurales – El País.