Una problemática común en la ganadería de la región es la presencia de garrapatas y los efectos económicos que genera la tristeza bovina, y más aún si estos parásitos van desarrollando mayor resistencia ante los productos sanitarios que son aplicados para combatirlas.

En entrevista con Valor Agro, el director técnico de Compañía Cibeles, Daniel Salada, aseguró que últimamente la principal preocupación o necesidad que tienen los productores hoy en día es saber si los productos que están utilizando siguen siendo eficaces para una garrapata que ya se fue adaptando.

Sobre ese punto, explicó que no pasa por una cuestión de que los productos “vengan más flojos” como se llegó a pensar en algún momento, sino que la garrapata que antes se la mataba y que ahora ya no, ya no es la misma.

“La garrapata sigue siendo idéntica, lo que pasa es que genéticamente si la pudiéramos mirar, la de ahora se va adaptando a los productos que la están combatiendo, y eso al principio se llama tolerancia y después resistencia”, explicó el profesional.

En ese sentido, afirmó que es importante realizar un diagnóstico para determinar qué principios activos son eficaces en cada establecimiento y establecer un plan sanitario que incluya la rotación de diferentes productos para evitar la resistencia de la garrapata.

Además, sostuvo que se pueden utilizar técnicas como el uso de rastrojos y descanso de los campos para mejorar el control de las garrapatas.

En cuanto a los problemas de residuos, Salada instó a los productores a tener más precaución y responsabilidad debido a que si se encuentran trazas en la carne, significa un problema para el complejo cárnico y a la economía nacional.

Profundizó que es un asunto que repercute en todo el país porque “afecta a toda la industria cárnica”, y que muchas veces es una cuestión de picardía del productor, que a veces “piensa más en su economía».

Al respecto, el directivo de Cibeles acotó que en Uruguay han tenido esos sucesos y que el primer afectado es el frigorífico con una suspensión, luego, como cuentan con trazabilidad en todos los animales, la comercialización retrocede y golpea a negocios rurales y al mismo establecimiento con multas.

“A fin de cuentas termina saliendo muy caro no solo al productor sino al país entero, ya que después aparece en los titulares de los periódicos que a tal país le encontraron residuos en la carne y le devolvieron varios contenedores, y es muy duro levantar esa imagen después”, sentenció.

Charla completa en el marco de la Expo MRA: