“A pesar de que el rendimiento no fue como lo esperábamos a causa del clima, los granos ayudaron a complementar la ración de las lecheras en este inicio de invierno donde no hay mucha pastura a disposición”, informó.

El maíz zafriña constituye el segundo cultivo con mayor superficie de siembra a nivel nacional. La UGP brinda la asistencia a los pequeños productores para que actualicen sus prácticas agrícolas eliminando antiguos métodos como el arado e insertando la tecnología.

“Algunos aprovecharon el choclo para el consumo familiar o para la venta en las ferias o a un costado de la ruta”, añadió.

Portillo sostuvo que lo óptimo es que el productor consuma lo que produce y que comercialice solo los excedentes. Explicó que la cosecha regular de maíz zafriña alcanza la mitad de lo que podría generar en la zafra normal que arrancará entre julio y agosto.

Prevén una nueva siembra cuando el peligro de las heladas se termine y lo harán con los ánimos de alcanzar los 5.000 kilos por hectárea. La meta es programar un ingreso permanente a lo largo del año.

“Muchos están vendiendo la bolsa de choclo a G. 20.000. En esta ocasión se tuvo una cosecha de 60 bolsas por hectárea pero para la zafra normal esperamos una cosecha de 120 bolsas que permitirá un ingreso de G. 2.400.000 para cada familia”, remarcó Silverio Portillo, asistente técnico del programa de reactivación productiva de la UGP.

Con un mejor manejo de sus fincas estos pequeños productores pueden conseguir un respaldo para la temporada de invierno como lo hicieron con el maíz zafriña. Cabe señalar que para muchos pequeños productores todavía es difícil alcanzar los rendimientos esperados teniendo en cuenta que el 87% de los pequeños productores carece de asistencia técnica, 62% no tiene título de propiedad, el 84% no tiene acceso al crédito, y el 85% no culminó la Educación Escolar Básica, de acuerdo al Censo Agronómico del 2008.