Por quinto año consecutivo el Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO) impulsa la producción sostenible en el ámbito de los pequeños productores insertándolos en la cadena productiva de la soja, además de los rubros tradicionales, con capacitación en las 17 parcelas demostrativas que existen a nivel país, informó el gerente de la entidad, Ricardo Pedretti.
“Estamos sumamente satisfechos con los resultados. Con la tecnología, el subsolado y el uso de abonos verdes, los productores utilizan de manera inteligente su esfuerzo para aumentar los rendimientos”, dijo.
Comentó que las parcelas demostrativas están ubicadas en comunidades de pequeños productores apuntando a resolver varios objetivos que se resumen en una agricultura familiar sostenible utilizando el uso conservacionista del suelo, las buenas prácticas agrícolas y el uso responsable de la biotecnología.
“Necesitamos instalar el conocimiento sobre cuáles son las prácticas que deben realizarse o que deben evitarse para alcanzar los objetivos de cada tecnología”, mencionó.
Explicó que uno de los dramas de la agricultura familiar es el grado de deterioro de los suelos. Sostuvo que los suelos de Paraguay son bastante frágiles respecto a los usos que se les pueda dar y los resultados se reflejan directamente en la productividad.
“Cuando el suelo se degrada la productividad cae sin importar cuál sea el cultivo. Ahí tenemos el caso del algodón. Esta fue una de las causas pero no la única por la que este cultivo casi haya desaparecido de este país”, remarcó.
Ricardo Pedretti recordó que por causa de los suelos erosionados y degradados, el rendimiento del algodón en los últimos 10 años cayó por debajo de los 1.000 kilos por hectárea. En caso del sésamo, el rendimiento normal hace 15 años era de 1.000 kilos por hectárea y el año pasado se tuvo 600 kilos por hectárea.
“Entonces hay prácticas que tenemos que cambiar para que el uso agrícola del suelo sea sostenible”, destacó.
El gerente del INBIO recalcó que con estas prácticas hubo casos de productores que consiguieron la duplicación, triplicación y hasta cuadruplicación de sus rendimientos, objetivo imprescindible para aumentar los ingresos en un Paraguay en el que 1 de cada 5 empleos están relacionadas con el agro, según la Encuesta Permanente de Hogares 2015, y donde el 87% de los pequeños productores no tiene acceso a asistencia técnica según el Censo Agronómico del 2008.
Fuente: UGP
