El potencial productivo del Chaco paraguayo a través de las colonias menonitas del Chaco -que en total suman 14 mil habitantes- está produciendo actualmente alrededor de US$ 500 millones entre carne bovina, leche y los servicios que están prestando fuera de las colonias. Allí se demuestra que utilizando la tecnología y trabajando en cooperativas se puede llegar a tener una zona de primer mundo acá en el Paraguay.
DINAMISMO ECONÓMICO
La obtención de variedades de soja tolerantes a altas temperaturas dentro del marco del proyecto desarrollado conjuntamente por la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA/ARS), con el apoyo de la Universidad de Missouri y las cooperativas de producción Chortitzer y Fernheim, generaría un dinamismo económico nunca antes visto en el corazón del Chaco Central, indicó Luis Cubilla, asesor agrícola de la institución que nuclea a las principales empresas agroexportadoras del país.
Cubilla dijo que al consolidar la disponibilidad de proteína vegetal en la región, a través de la harina de soja, se triplicará la producción de leche y carne en el Chaco, rubros sensibles para esta zona del país.
INDUSTRIAS DEL CHACO
Las industrias frigoríficas de capital cooperativo chaqueño (Neuland, Frigo Chorti y Frigochaco) tienen una participación de 30% en la faena nacional, con cerca de 700.000 cabezas abatidas anuales, mientras que las plantas lácteas -Trébol y CO-OP- ubicadas en la Región Occidental procesan 220 millones de litros de leche por año. Este volumen de alimentos de origen animal puede pasar, con la seguridad en la provisión de proteína vegetal, a 2 millones de cabezas sacrificadas en las industrias frigoríficas y en 600 millones de litros de leche producidos por año, respectivamente, situación capaz de generar miles de empleos directos adicionales.
Hizo hincapié, además, en el otro subproducto de la soja, el aceite, que bien puede paliar una necesidad constante: falta de energía eléctrica. La conversión del aceite en biodiésel puede ser aprovechada para disponer de energía eléctrica alternativa para motobombas de bombeo hídrico, iluminación en estancias, e inclusive, para combustible de maquinarias.
Para ello, la integración agrícola-ganadera será la estrategia fundamental para afrontar el proceso de producción de alimentos o bioenergía, añadió.
CAMPOS EXPERIMENTALES
El asesor agrícola de Capeco manifestó que la institución lleva a cabo en los campos experimentales de las cooperativas Chortitzer y Fernheim el segundo año de experimentación de la soja tolerante a altas temperaturas, en donde se encuentran 120 materiales sembrados en una primera época de siembra (1 de diciembre), de los cuales, 97 son proveídos por el USDA y de 100 materiales en una segunda época (16 de enero), de cuya cantidad, 88 provienen de Estados Unidos. El resto son materiales comerciales locales que hoy se siembran en diferentes regiones del país.
Finalmente, Cubilla dijo que Paraguay tiene en sus manos la oportunidad de dejar una impronta en la agricultura a nivel mundial, disponiendo de material genético local apto para sembrar en estas condiciones ambientales de exceso de temperatura y estrés hídrico.
Fuente: 5 Dias