El profesor de la prestigiosa escuela de negocios de España, IE Business School, el argentino Fernando Cortiñas, visitó días pasados el Paraguay en el marco de la iniciativa promovida por el Banco BBVA denominada Ideas que mueven a la economía.
Tras presentar su conferencia sobre Competencia global en un mundo multipolar, el experto accedió a dialogar con Última Hora sobre temas polémicos de la economía nacional, como el impuesto a la soja. Enfatizó que se debe tener mucho cuidado y aprender de la mala experiencia de la Argentina.
–En Paraguay se está debatiendo a nivel parlamentario la posibilidad de aumentar el impuesto a la exportación de granos en estado natural, específicamente, pensando en los altos ingresos que tiene el sector productivo de la soja. ¿Qué opinión tiene usted sobre este tipo de gravámenes?
–Te cuento el caso de la Argentina, donde hay tres tipos de impuestos. Cuando exportás no hay IVA (impuesto al valor agregado) porque eso grava el consumo; pero otra cosa es el impuesto a las ganancias, si soy una empresa que por cada 100 de ganancia pago el 33% voy a ser menos competitivo que si pago 10 a 15%, como es el caso de Paraguay.
Otras cosas son las retenciones a cuesta de la ganancia. Y lo que hacía el gobierno argentino era sacarle plata al sector más competitivo que era el sector agroexportador, para que se pueda subsidiar a los pobres o al sector público. Eso en el fondo termina matándote.
El caso de la Argentina es el ejemplo claro de lo que no hay que hacer. Te sacaban la plata con el argumento de que la agricultura era tan competitiva que estaban ganando demasiado. Eso, en otras palabras, era robarte de alguna manera. De esa manera, los agricultores pasaron de vivir muy bien a malvivir.
–Entonces, cuando abrimos el debate para analizar un impuesto a la exportación, ¿tenemos que ser muy cautos sobre cómo ejercer la presión tributaria para que este sector tampoco pierda sus ventajas competitivas en los mercados internacionales?
–Exactamente. ¿Por qué en Argentina esto en principio funcionó? Porque a pesar de los impuestos y las retenciones, la alta demanda de China hizo que el precio se vaya por las nubes, entonces aun así ganabas dinero.
Pero de repente los chinos dejaron de demandar, el precio de la soja cayó y lo que se vendía no alcanzaba ni para comer.
Un país no puede estar generando cigarras y pretender que las hormigas les estén dando siempre de comer. Que uno se pase trabajando todo el día y la otra viva tocando la guitarra, tarde o temprano va a llegar el momento en que eso no va a dar abasto.
–Con esta experiencia, ¿qué recomendarías cuando se analiza una cuestión impositiva sobre un producto de exportación, en este caso particular, uno de los principales pilares de la economía del país?
–Regularmente establecés cuestiones impositivas cuando la demanda va muy bien. Entonces subís los impuestos cuando el precio es muy alto y vendés mucho, decís el agroexportador se está forrando. El problema es que cuando cae la demanda ese impuesto no baja. Ahora si esto fuera como una boya y se mueve la presión impositiva de acuerdo a cómo se encuentra la demanda, estaría bien.
El problema es que el Gobierno es tu socio cuando la economía va bien, pero se olvida de vos cuando la cosa va mal. Te subió el nivel de impuesto y se acostumbró a ese nivel de gasto que toma del sector privado, pero cuando esto baja, te quiere seguir sangrando porque se malacostumbró a sacarte una “x” cantidad de plata para mantener a otros.
Hay que tener mucho cuidado y aprender de esa mala experiencia argentina.
–Con esto dice que no recomienda que la presión tributaria sea muy alta para la agroexportación.
–Y no tiene que ser muy alta para que el sector productivo siga ganando plata, porque no hay nada malo con ganar dinero. Ojo que yo no tengo nada que ver con ese sector, soy docente universitario, pero esto lo vi en la Argentina. Hubo gente en mi país que se dejó del rubro. Te digo más, que no se te escape el detalle de que mucha de la inversión argentina que vino al Paraguay es justamente de gente que empezó a buscar campo porque les convenía más producir acá.
–Usted habló de un sistema tributario flexible, ¿cómo funcionaría?
–No podés poner un nivel de retención por decreto o ley a un porcentaje alto y no comprender que cuando el precio o la demanda caen en ese sector, no podés seguir cobrando en el mismo nivel, eso debe tener la posibilidad de ajustarse.
–Con el paquete de medidas económicas que tomó el gobierno de Mauricio Macri, en Paraguay se habla que en breve la Argentina podría volver a ser un competidor importante en el mercado de los commodities.
–Por la rentabilidad que generan las hectáreas más productivas en la Argentina los productores se dedicaron a plantar soja; incluso, por sobre la producción tradicional de la carne.
Creo que si ustedes se pasan de la raya con los impuestos y empiezan a querer sangrar demasiado a los productores con retenciones, Paraguay va a perder competitividad, e inclusive, muchos productores que vinieron a invertir acá van a dejar de hacerlo.
Aprendan de Argentina, un país que hizo las cosas mal a nivel político.
Fuente: Ultima Hora