El especialista agroclimático Eduardo Sierra analizó en Valor Agro el escenario de sequía que enfrenta Paraguay desde hace años, explicando que la situación comenzó antes, pero se ha intensificado en los últimos cuatro años.
Señaló que las campañas agrícolas secas fueron las de 2020-2021, 2021-2022 y 2022-2023, con tres episodios de La Niña, mientras que 2023-2024 fue un año de El Niño, aunque no completamente favorable debido a los vientos polares.
Sierra recordó que en 2007, en Argentina, se notó el impacto con una nevada en Buenos Aires, atribuida a estos vientos, aunque Paraguay, por estar más al norte, no lo sintió en ese momento. Sin embargo, el país sufrió las consecuencias cuando las heladas volvieron en 2013, un año en el que se esperaba una producción récord de trigo de 1.400.000 toneladas, pero las heladas de julio redujeron la producción a la mitad, es decir, a 700.000. toneladas.
Sierra agregó que a partir de ese año se notó más claramente el comienzo de la fase seca del clima, que se ha intensificado desde 2020-2021. Comparó esta fase con el período seco que ocurrió en las décadas de 1930, 1940 y 1950, cuando se registraron bajos niveles de agua, incluso en las Cataratas del Iguazú, algo que también sucedió recientemente. Según él, el período seco de esa época duró aproximadamente 40 años, con lluvias más frecuentes a mediados de la década de 1970.
“Ahora podemos decir que la fase seca comenzó en 2007 y probablemente dure hasta 2047-2050. Actualmente, estamos atravesando la parte más negativa, y es probable que tengamos varios años más con precipitaciones por debajo de lo normal. Solo en años de El Niño se registrarán buenas lluvias”, subrayó Sierra.
También mencionó que este año está bajo el fenómeno de La Niña, lo que implica que será necesario gestionar adecuadamente los recursos hídricos. Aunque los totales de lluvia para algunas localidades, como Obligado y Ciudad del Este, han disminuido de 1.000 a 700 milímetros, Sierra advirtió sobre la importancia de manejar esta situación para obtener buenos resultados.
El especialista también precisó que no se puede negar que hay un cambio climático, y que no se debe esperar un regreso inmediato a las condiciones normales de lluvia, ya que la nueva normalidad representa entre el 70% y el 80% de lo que era común hace 20 años.