Prácticamente todos los granos de cereales disponibles en el mercado pueden utilizarse para consumo animal pero en la región pampeana norte, el grano forrajero más accesible y práctico para ser insertado en distintos esquemas de alimentación de bovinos y porcinos siempre ha sido el maíz.
No obstante, por distintas circunstancias tales como condiciones de campaña, deficiencias en calidad, volumen de cosecha o restricciones mercado, recurrentemente el uso del trigo para consumo animal se instala como interrogante en función de algunas particularidades fermentativas y nutricionales cuyo reconocimiento empírico, puede conducir tanto a prevenciones exageradas como a graves errores de implementación. Pero este año, debido a la floja calidad del trigo, el recurso de brindarlo como alimentación animal es una gran vía.
En este sentido, Infocampo dialogó con Andrés Kloster, técnico del Inta Marcos Juarez y aseguró que “el grano de trigo se caracteriza por poseer un elevado contenido energético, con alta velocidad de degradación ruminal y una extensión de la misma cercana al 90% lo cual exige una adaptación más controlada del consumo que otros cereales”.
Además, el técnico del Inta remarcó que “aunque todos los granos aportan básicamente energía en la forma de almidón, existen diferencias en la composición y la tasa de liberación del mismo en el tracto digestivo del animal”. Y continuó: “El almidón de los cereales de invierno es de alta solubilidad y rápida degradabilidad en el rumen. En cambio, los cultivos estivales como maíz y sorgo aportan un almidón de fermentación más lenta y una parte del mismo escapa a la degradación ruminal y es digerido a nivel de intestino delgado”.
Es importante destacar que cubiertos los requerimientos energéticos del rumen, la llegada de almidones pasantes al intestino, incrementaría la oferta de energía en forma de glucosa a nivel del tracto posterior lo cual a priori constituye un proceso más eficiente que la fermentación ruminal del almidón. Además, el técnico subrayó que “con el incremento de la participación del grano en la dieta mejora la eficiencia de conversión global del alimento pero aumenta el riesgo de trastornos digestivos y metabólicos”.
Procesamiento de los granos
El procesado físico, bajo la forma de molido o aplastado mejora la digestibilidad de un grano con respecto al ofrecido entero. Por caso, Kloster, añadió que “sobre verdeos más sazonados o pasturas mixtas, en otras épocas del año, el quebrado generalmente es suficiente para alcanzar una buena digestibilidad del grano. Los granos vestidos como avena y cebada e incluso el mismo trigo, en determinadas situaciones, hasta podrían ofrecerse enteros”.
Igualmente, el técnico del Inta Marcos Juarez, expresó que “el procesado de cualquier grano aumenta su eficiencia de utilización por parte de los animales, pero en el caso del trigo, la intensidad del tratamiento, puede resultar un punto controversial”. Y continuó: “En Argentina los granos son procesados fundamentalmente mediante métodos físicos (quebrado, aplastado y molido) y, en menor medida, mediante otros procesos más complejos (con temperatura, presión, vapor)”.
A su vez, Kloster resaltó que “una forma adicional y natural de “auto-procesamiento” lo constituye la fermentación parcial de los granos de maíz o sorgo cuando son ensilados como ‘húmedos’”.
Por otra parte, el técnico del Inta resaltó que “en términos generales, la reducción del tamaño expone el almidón y aumenta la solubilidad del suplemento el cual fermenta con mayor velocidad en el rumen”. Además, Kloster subrayó que “el tamaño y la cubierta exterior del grano también afectan su utilización. Los granos enteros de tamaño pequeño (sorgo y trigo) permanecen menos tiempo en el rumen que los más grandes (maíz) y se aprovechan menos”.
Por último, el técnico resaltó que “de la misma manera, aquellos con un recubrimiento más duro (sorgos-alto tanino) oponen mayor resistencia a la acción de la microflora ruminal y su digestibilidad es menor. Se deduce entonces que el procesado de granos pequeños y duros resulta casi inevitable y en este punto el trigo se ubica en una posición intermedia”, finalizó.
Fuente: INTA