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“Elevar la tasa de procreo un 10% duplica la rentabilidad del rebaño sin costos adicionales”

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“Elevar la tasa de procreo un 10% duplica la rentabilidad del rebaño sin costos adicionales”

No hay algo que tenga más impacto en la eficiencia del rodeo de cría que tener un ternero más. Hoy, según estadísticas disponibles del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), Paraguay promedia alrededor de 45% de marcación, guarismos que año a año afectan los resultados económicos de las empresas ganaderas debido a la clara tendencia de suba de costos en la producción.

Con 45% de marcación “el margen de maniobra del productor se reduce”, y considerando que es un promedio, “hay una franja que está por debajo de esos números y, claramente, con el resultado muy comprometido”, indicó Esteban Lloret, gerente de Karandá S.A junto a Rudolf Daniels y Juan Angulo.

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“Ni el peso, ni la raza tienen más impacto en el resultado económico del rodeo de cría, que aumentar el índice de marcación”, afirmó el especialista y explicó: “Elevar la tasa de procreo un 10% duplica la rentabilidad del rebaño, ya que esto se logra sin necesidad de incrementar costos, siempre partiendo de la media nacional, por encima de esto elevar el índice requiere de costos adicionales”.

En una simulación realizada por Karandá sobre un rodeo de 1.000 hembras expuestas con 55% de preñez, una merma del 18%, una marcación del 45% y un costo mensual de Gs. 45.000 por cabeza, se logra una ganancia de 45 dólares por vaca servida. Mientras que en una segunda simulación con el mismo rodeo, pero con 67% de preñez, una merma del 18% y una marcación del 55% (un aumento del 10%) y el mismo costo mensual de Gs. 45.000 por cabeza, el resultado final asciende a US$ 90 por vaca servida.

“Es una relación que en principio pareciera no tener sentido, pero el sustento de este hecho está en que el porcentaje de extracción se eleva 6 puntos y permite contar con 22% más hacienda para venta habiendo superado ya el punto de equilibrio, por eso un 10% más en el índice de procreo, sobre la media país, no tiene el costo en la espalda”, señaló Lloret.

Y al mismo tiempo agregó: “Aumentar ese 10% no implica una gran inversión si las condiciones mínimas de infraestructura están dadas, la gestión de los recursos, el manejo reproductivo y sanitario son las bases para elevar los índices”.

En relación a la evolución del impacto de los costos en la producción agropecuaria, Karandá presentó tres análisis con las mismas características del rodeo pero contemplando las variables lógicas de los diferentes momentos: en 2009, la crisis climática del 2019 y la recuperación del 2021. “El escenario es cada vez más desafiante para el ganadero y sin dudas lo va a obligar a innovar para mejorar la eficiencia del establecimiento”, dijo Esteban Lloret y proyectó: “El cambio vendrá por la profesionalización de la producción y un enfoque más empresarial, en este proceso algunos campos podrían ir cambiando de mano para que se den los resultados”.

Problema. Si bien se puede aumentar un 10% el índice de marcación sin costos adicionales, Rudolf Daniels, también socio de Karandá, dijo que necesitamos salir de la zona de confort para que en un futuro cercano no nos encontremos ahogados por los resultados del negocio. Además destacó la necesidad de incorporar al equipo de trabajo profesionales del sector para explotar con conocimiento las potencialidades disponibles.

Por otro lado, comentó que sería muy relevante un programa nacional para alcanzar resultados rápidos y de impacto. “No tengo dudas que sería una política viable, porque no implica costos aumentar un 10 o 15% el índice de marcación nacional, solo entender procesos de conocimiento y prácticas de manejo adecuadas”, subrayó.

Al igual que Esteban Lloret, Daniels comentó que “hay ciertas falencias de manejo” de los establecimientos agropecuarios, y “muchas veces los ganaderos ponemos fuerzas en aspectos que, si bien son importantes como la genética, implican saltear pasos o alterar el orden del proceso lógico de la producción pecuaria”.

Y agregó: “La genética es muy importante para la ganadería, pero primero es necesario tener la mayor cantidad de terneros. El impacto económico medible es mayor en la producción de volumen que en la producción de calidad”.

Financiamiento. Contar con financiamiento de tasas y plazos adaptados a la realidad agropecuaria, que debe contemplar procesos naturales de producción, “puede tener un rol fundamental para dar empuje a un mayor números de teneros”, explicó Esteban Lloret.

Uno de los principales de Karandá comentó que en uno de los establecimientos que administran “encontramos capacidad receptiva ociosa, con un plantel de vientres que podía pasar de 1.200 a 1.500 hembras expuestas con una ecuación que bajaría el costo medio de producción y mejoraría los resultados económicos”, por tanto con 300 vientres más “el impacto sería muy significativo” y “el esquema muy viable” para afrontar una deuda de un banco con créditos acordes.