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Hotelería animal en el Chaco: “Una herramienta con márgenes interesantes para el ganadero”

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Hotelería animal en el Chaco: “Una herramienta con márgenes interesantes para el ganadero”

En épocas donde los frigoríficos están valorando la calidad y terminación de las carcasas y los consumidores la calidad de carne, “defiendo que la ganadería paraguaya debe nacer a pasto y tener el confinamiento como boca de salida a las plantas para acelerar los procesos de engorde y tener productos jóvenes y bien terminados”, dijo Miguel Angel Solís.

Desde hace dos años, Solís cuenta con un confinamiento en el Chaco, a la altura del mojón 260 de la Transchaco, en la zona de Pirahú antes de llegar a Pozo Colorado. “Primero fue pensado para un abastecimiento con hacienda propia y luego fuimos entendiendo la necesidad que existe de tener un feedlot operativo todo el año”, explicó.

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Luego de recorrer varios corrales de engorde de Argentina y Brasil para conocer el funcionamiento de la hotelería, “empezamos a tener las primeras experiencias con los clientes y vimos que éstos encontraban una mayor practicidad en el negocio porque aliviaban los campos y además lograban resultados económicos”, señaló.

El corral cuenta con una capacidad máxima de 4.000 cabezas, actualmente está ocupado en su totalidad y mantiene reservas para cumplir los tres meses que restan del año.

Miguel Angel Solís comentó que los animales que llegan a la hotelería cumplen un riguroso control sanitario, posteriormente se realiza un pesaje individual por lotes y se inicia una dieta de adaptación durante 15 a 20 días, para después pasar una dieta de terminación. “El servicio incluye todo tipo de manejo y control, solo se cobra una tarifa por cabeza y la comida es prácticamente al costo”, indicó.

Sistema. El empresario dijo que “el confinamiento es una herramienta que sorprende en cada momento, ya que se han hecho entores de vaquillas con muy buenos resultados, se han terminado vacas y ahora se está probando la recría de desmamantes: comienzan con 170 kilos y van a hasta los 240 kilos para seguir con una invernada a pasto en el Chaco Central”.

De todos modos, señaló que el 95% de los animales que están en la hotelería son machos para terminación. “La ganancia va entre 1,4 a 1,5 kilos por jornada con un periodo mínimo de encierre recomendado de 80 días”, comentó y agregó: “En base a nuestra experiencia, con un mínimo de 80 días el animal va incorporando una mejor cobertura de grasa y conformando una mejor carcasa que se comprueba con facilidad en la faena”.

Negocio. Solís estimó que, dependiendo del precio de la reposición y de la comida, el punto de equilibrio del confinamiento se posiciona hoy en US$ 2,65 por kilo carcasa. “El negocio del confinamiento arroja márgenes interesantes para el ganadero, porque además de estos resultados se beneficia con disponibilidad en su campo para sumar categorías más livianas”, detalló el propietario de la hotelería.

Si bien mucho productor apostó este año en el confinamiento a raíz de la emergencia por escasez hídrica, varios de ellos lo están empezando a tomar como una herramienta para replantear el negocio de la recría y la terminación. “Hay clientes que ya repusieron su hacienda en el corral y otros que pidieron lugar para el próximo año, sin dudas el feedlot es una opción que hacía mucha falta en el Chaco”.

Sostenible. El empresario ganadero comentó que han iniciado conversaciones con un frigorífico para desarrollar la idea de fijar un precio futuro para las haciendas gordas. “Es una opción muy interesante, se necesita un contrato futuro al menos con 90 días de anticipo para tener previsibilidad en el negocio”.

Fuente: Valor Agro.