Como opción para contrarrestar la devaluación del real brasileño y del peso argentino, una depreciación de la moneda paraguaya puede resultar riesgosa, porque podría provocar una inflación no controlable, según coinciden analistas locales, quienes trazaron algunas estrategias que podría adoptar el Gobierno para dinamizar la ralentizada economía paraguaya, como efecto de la crisis regional.
Fernando Massi, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), explica, en principio, que son distintos los efectos de la pérdida de valor del real y la del peso argentino. El impacto del primero se da más en los productos que Paraguay reexporta y no son nacionales; en cambio, lo de Argentina es un impacto negativo directo a la industria nacional, ya que perjudica lo producido a nivel local.
El contrabando es una de las consecuencias directas de la devaluación en los vecinos gigantes, y contra ello no hay fórmulas específicas, al decir de Massi. “Sabemos que históricamente eso no es posible, con un país como el nuestro, de economía abierta y sin práctica de proteccionismo”, resume.
¿Qué puede hacer el Estado paraguayo para revertir tal recesión, sobre todo en Brasil? El analista apuesta a las inversiones para crear empleos, sobre todo en obras públicas o en el ámbito privado.
Reconoce que ya existen políticas desde el Banco Central del Paraguay (BCP) para reducir la tasa de interés y que el crédito sea más barato, tanto para el consumo como para la producción.
En lo que atañe a la relación con Brasil, Massi recuerda que todas las políticas respecto del comercio fronterizo de bajar aranceles y otras medidas similares tampoco han dado fuertes resultados, no solo frente a la devaluación del real, sino a toda la recesión del vecino país que se siente desde hace meses.
El economista Aldo Centurión también coincide en tener cuidado con devaluar el guaraní –medida que busca más competitividad en el país para exportar mejor– porque se necesitará tener más capacidad de pago en guaraníes y eso arriesgaría una inflación más seria.
Por el lado del consumidor, Centurión destaca que si la canasta de bienes está compuesta en un 40% por artículos importados, las familias acarrearán el sobrecosto, no podrá dinamizarse el consumo y las empresas empezarán a reducir, por ende, sus ingresos genuinos.
refinanciamiento. Lo que recomienda el experto es una capacidad de refinanciamiento a empresas que tienen dificultades a la hora de cumplir con sus compromisos.
Manifiesta igualmente que cuando se presenta una devaluación continuada en los vecinos, ya se nota en el mercado la inundación de productos de esos países limítrofes, no solo desde el ámbito formal del comercio, sino fundamentalmente del contrabando, que afecta a la producción interna.
Fuente: Última Hora
