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“China significa la seguridad de colocación de la carne vacuna de aquí en adelante”

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“China significa la seguridad de colocación de la carne vacuna de aquí en adelante”

El presidente del Foro Mercosur de la Carne (FMC), Daniel Belerati, enfatizó sobre la obligación de que los países del bloque “se alineen en una apertura al mundo”, ante la necesidad de alcanzar acuerdos de libre comercio. También destacó la importancia del mercado chino, donde cada año hay 20 millones de personas que salen de la pobreza y “empiezan a transitar el camino de la comida refinada”.

– En un año con expectativas generales de lograr un control de la pandemia, ¿cuáles son los principales temas que tiene en agenda el Foro Mercosur de la Carne?

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– En primera instancia tenemos que lograr que el Mercosur, los cuatro países, definitivamente se alineen en una apertura al mundo. Cuando uno observa que exactamente hace 30 años que se firmó el tratado de Asunción y ve la cantidad de tratados de libre comercio que firmó el Mercosur, realmente queda decepcionado y frustrado porque básicamente se cerró un tratado de libre comercio con Israel y no aportó demasiado para el complejo agropecuario, y después con Sudáfrica. Básicamente eso fue lo que se pudo hacer. Somos cuatro países que tenemos una matriz productiva similar, no igual, pero ofrecemos un producto natural, noble, sano y libre de hormonas que facilitan la inserción internacional de la carne. Pero cuando se alinean Brasil, Uruguay y Paraguay, queda desalineado Argentina. Cuando Argentina se alinea, Brasil no quiere ir adelante. En un momento se logró algo inusual que Brasil y Argentina jugaron positivamente y se logró el tratado de libre comercio con la Unión Europea. Es claro que Paraguay y Uruguay dependen de Brasil y Argentina, que por su tamaño son los que interesan al mundo, entre los dos hablamos de un stock ganadero de 265 millones de cabezas. Mientras que con Paraguay y Uruguay llegamos a 25 millones. Sin dudas que con Europa se logró un gran paso y después por cuestiones coyunturales todavía no se ha logrado cerrar. Ese es el primer objetivo que tiene el Foro Mercosur de la Carne, tenemos que lograr que en el primer semestre de este año se cierre y se firme el tratado de libre comercio con la Unión Europea.

– Con respecto a Europa, ¿qué sucede con las discusiones medioambientales que apuntan a Brasil y la posición hermética de Argentina?

– Si alguno de los gobiernos tiene que hacer algún deber desde el punto de vista del medio ambiente o adherirse a algún tipo de cláusula de limitación o de obediencia a proteger el medio ambiente mundial, creo que lo tenemos que hacer. Después, Argentina no está alineada para un acuerdo o casi ningún acuerdo internacional abriendo sus fronteras, en una política tradicional del peronismo que es la de sustitución de importaciones y cierre de fronteras, que eso nosotros como latinoamericanos tenemos que entender. Aunque los argentinos también tienen que entender que no pueden trabar la apertura de Brasil, Paraguay y Uruguay porque estamos en el Mercosur. En todo caso, el mejor de los caminos es transitar la oportunidad de que si alguno de los países, como por ejemplo Argentina, tiene una política que momentáneamente no puede acompañar por razones estratégicas el cierre de tratados o negociaciones internacionales, que se haga en dos tiempos. Que los tres países que queremos abrirnos al mundo firmemos los tratados junto con Argentina pero que la velocidad de ingreso de los productos a cada uno de los países, como la velocidad de acceso beneficioso a los países que firmen los tratados, tengan dos tiempos.

– ¿A qué se refiere con eso?

– Supongamos que el tratado con la Unión Europea empiece a funcionar al año de firmado para los tres que estamos de acuerdo y eventualmente Argentina tenga un plazo mayor de 3, 4 o 5 años para empezar, y que de esa manera se pueda seguir negociando con Canadá, Corea del Sur, y Singapur. Existe la gran posibilidad de negociar con Japón. Hoy no estarían dadas las condiciones para negociar con China, habría alguna limitación desde el punto de vista estratégico, pero las oportunidades que se vean las tendríamos que llevar adelante con el compromiso de los dos tiempos. Un tiempo para los que ya necesitan desesperadamente que su gente tenga más trabajo y el mercado se abra y se consiga un acceso preferencial, y otro para quienes se puedan dar el lujo de esperar.

– En caso de que esto se concrete así, puntualmente en el tema Mercosur y la Unión Europea, donde hay una cuota de casi 100.000 toneladas para la exportación de carne, ¿se va a plantear dentro del foro cuál es el criterio para la distribución de la cuota?

– Es el primer tema para tratar en la reunión de marzo. La agenda tiene previsto este tema de la distribución del cupo Unión Europa. Hay algunas posiciones claras que se diferencian entre Paraguay y el resto. En Uruguay entendemos que hay una posición intermedia donde se transite ese camino y sí en ese camino, que es una de las cosas que tienen que analizar muy bien los hermanos paraguayos, se ve que Argentina va a demorar de alguna forma su aprobación en el Parlamento, y los otros tres podemos empezar a funcionar, la distribución va a ser significativamente diferente y ahí hay una oportunidad para todos en los primeros años que Argentina no ingrese. Además, en ese mismo plazo nos podemos dar el tiempo para terminar de negociar ya con la cuota funcionando.

– La idea es una división en cuatro partes iguales…

– No, en este momento no debemos hablar del 25% para cada uno, ni hablar de lo que habíamos firmado en abril del 2004 que ratificamos en agosto del 2010. Eso que se ratificó se comunicó a todas las cancillerías y habla de porcentajes diferentes para cada país. Ese número al cual se llegó estaba basado en los antecedentes de exportación general y los antecedentes de exportación a la Unión Europa específicamente. Eso que está firmado, teóricamente, debería funcionar durante cinco años para cambiarlo. Tratemos de encontrar una fórmula en marzo que de alguna manera deje a todos satisfechos, aunque no felices.

Nota a Daniel Belerati, director ejecutivo de la Asociacion de la Industria Frigorifica, ND 20180319, foto Darwin Borrelli – Archivo El Pais

– Entrando en temas sanitarios, como ser la vacunación de la aftosa, Brasil está con el plan de dejar de vacunar y ser libre de aftosa sin vacunación, ¿cómo se ve esto desde el Foro Mercosur de la Carne?

– Es una clara decisión político-estratégica de Brasil que está utilizando el colchón que hoy ofrece Uruguay y Argentina con su vacunación, y en alguna parte de la frontera también Paraguay. Se aprovecha de la vacunación que, por ahora, los otros tres países mantenemos y ellos de esa manera contienen los tres Estados del Sur, principalmente Río Grande del Sur, que es el más productor de carne; y también Santa Catarina y Paraná por la producción de cerdo. Nosotros entendemos la estrategia, pero nos hubiera gustado que todo el Mercosur operara junto, que saliéramos los cuatro países al mundo, y eventualmente Bolivia si terminaba con su estrategia de erradicar la aftosa, a luchar en el mercado de la carne. Sin embargo eso no se ha dado, Brasil tiene una política que cuando decide una cosa, el tamaño continental del país lo empuja a hacer las cosas y son decisiones tomadas. No es lo ideal, pero vamos a tener que jugar con esas reglas.

– ¿El objetivo en un futuro, con la situación controlada, es transitar el camino y dejar de vacunar buscando salir de la aftosa sin vacunación en todo el bloque?

– Seguro, aunque hoy no están dadas esas condiciones.

– Dentro del Mercosur hay una característica de los países, salvo Paraguay, que es China como principal mercado para la carne vacuna. Paraguay, por temas políticos con Taiwán, no tiene el acceso al gran consumidor asiático. ¿Qué significa hoy China para los países del Mercosur que tienen el acceso a este mercado?

– No es necesario que uno ponga demasiado énfasis en esto. Todos los años en Asia, en general, dejan de ser pobres más de 30 millones de personas, y esa gente inmediatamente pasa a comer proteína animal que antes no comía, como pollo, cerdo o carne vacuna. De esas 30 millones de personas, hay más de 20 millones que son de China, país que va a seguir creciendo. Esa gente que deja de ser pobre, y otros que son clase media que pasan a ser clase media alta, empiezan a transitar el camino de la comida refinada y comida en restaurante. No va a parar, es una locomotora que no va a parar. No estoy hablando de precios, sino de la seguridad de la colocación de la carne de aquí para adelante. No hay ninguna duda de que la proteína animal en Asia va a tener por los próximos 20 años una colocación sin problema. Volúmenes crecientes y demanda sostenida. Para Paraguay es un problema, tiene que explotar mucho mejor su relación con Taiwán porque si esa relación le impide entrar a China, debe pedirle a Taiwán que pague el precio del sacrificio que están haciendo los productores paraguayos. Es evidente que no se puede estar perdiendo un mercado, como el de China, de millones de toneladas para tener 10.000 toneladas en Taiwán, es demasiado desequilibrado. Van a tener que buscar una solución.

– Además de Presidente del Foro de Mercosur de la Carne, ha estado muy vinculado a la Junta del Instituto Nacional de la Carne (INAC) en Uruguay, ámbito donde está el Gobierno, los productores y la industria frigorífica. En Paraguay se habla de la creación del instituto de la carne, ¿qué aporta un instituto de estas características?

– El INAC se creó en Uruguay como un instituto policial, controlador, para proteger el mercado interno y lograr que los precios de la carne a la población fueran lo más accesibles posible. El tema es que cuando se crea el INAC en Uruguay se consumía 85 kilos per cápita de carne vacuna por año y eso la gente no lo tiene claro. Eso era lo que obligaba a mantener un control en el tema del aprovisionamiento, y además había cuatro frigoríficos cuando se creó. Ya en la década del 60 apareció la nueva industria frigorífica alrededor de Montevideo y algunos en ciudades del interior. Esa realidad pesa en Uruguay. A pesar de que el consumo de carne en Uruguay cayó a 47 kilos per cápita, igual INAC tiene en su sangre una función controladora del mercado interno, la habilitación de carnicerías y del transporte de la carne. La autorización de la calidad comercial para la exportación, que está la ley desde el año 67, después lo levantó la ley del 73 y por último la del 85. Eso es porque hasta aquel momento Uruguay era el que vendía la carne, la exportaba Uruguay, la negociaba con Egipto, con Irán, de gobierno a gobierno, y se aseguraba que el INAC controlara que se cumplieran con los requisitos establecidos en los contratos de compra. Si se le vendía a Argelia, corderos entre 12 y 15 kilos, INAC tenía que controlar que todos los animales fueran de determinadas características hasta que se completara el barco y así funcionaba. Eso está fuera de moda. En el siglo XXI eso no se justifica y no creo que Paraguay pueda hacer algo de lo que está pensando. Primero el que se preocupa es el privado, el productor, el frigorífico o juntos. Y el Estado lo único que debe mantener es la seguridad e inocuidad de los productos que le ponen su nombre.

– Que el servicio sanitario oficial se encargue de la inocuidad, habilitación o certificación, y los privados en un ámbito como instituto trabajen fundamentalmente en la promoción…

– Sí, creo que si uno mira lo que fuera adecuado para Paraguay, de atrevido porque no estoy ahí, pero conozco su realidad y el empuje de los productores y los frigoríficos colosales desde el punto de vista tecnológico y tamaño; creo que el instituto que le vendría bien a Paraguay no debería controlar, sino que promover sus productos en el mundo, organizar la participación en las ferias y la presencia en los diferentes mercados como hace el INAC uruguayo en parte de su gestión. Sería la parte de promoción de la carne, la parte de la inserción internacional, la parte de la negociación y el conquistar una marca en el mundo, eso tendría que hacer el instituto en Paraguay. Argentina tiene algo de eso, un instituto que se ha vuelto muy dinámico que se autofinancia con el aporte de los animales faenados y creo que es un ejemplo para seguir como idea.

– Y participación del gobierno en algún ámbito, como por ejemplo una estrategia para apertura de mercados o también exclusivamente de privados…

– Por supuesto, para la apertura de mercados si dejas a los gobiernos solos o a los servicios diplomáticos solos te vas a encontrar con que muchas veces se consiguen accesos que no son los que reditúan, son conquistas diplomáticas, pero no económico comercial. Los gobiernos y los ministerios de relaciones exteriores necesitan trabajar en conjunto con los privados, porque los privados son los que perciben dónde está el negocio. Y si el negocio está en colocar el rabo en Jamaica, hay que conseguir la habilitación para vender rabo en Jamaica, pero eso no lo sabe el Canciller de Paraguay, Uruguay, Brasil o Argentina. Para eso hay alguien de la industria que te tiene que decir de esa oportunidad, es un ejemplo menor, pero es como un indicativo de por qué tenemos que trabajar juntos en la inserción internacional.

Entrevista publicada en la edición de marzo de la Revista ARP (oficial de la Asociación Rural del Paraguay).