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Manejo sanitario en la entrada al confinamiento: una inversión de bajo costo y alto retorno

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Manejo sanitario en la entrada al confinamiento: una inversión de bajo costo y alto retorno

Por Gustavo Lagioia | Gerente Comercial de Biogénesis Bagó Paraguay

En estos últimos años se está viendo un proceso donde, cada día, más terneros que son destetados, ingresan a sistemas de producción de carne intensivos a corral o confinamientos comenzando a desarrollarse lo que en otros países de la región se denomina “hotelería”.

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Es bien sabido que el destete es uno de los momentos más estresantes en la vida de un ternero. Este estrés, es ni más ni menos, consecuencia de los cambios que sufre el animal en ese proceso: separación de la madre, cambios de dieta, transporte, mezcla con terneros de distintos orígenes, establecer un nuevo orden social, pasajes por la manga, etc. La duración de este estado dependerá de la adaptación del animal al nuevo medio, siendo generalmente de unos 20 – 30 días, induciendo en el ternero un menor consumo de alimentos y una baja significativa en la inmunidad, quedando expuesto a sufrir enfermedades.

A los sistemas de producción de carne a corral ingresan, en su mayoría, terneros de compra que atraviesan por esta situación de estrés debido a todos los cambios mencionados. Tal situación debe ser contemplada y abordada con seriedad si es que se pretende lograr la máxima eficiencia productiva.

El manejo de la recepción de los terneros es fundamental, ya que necesitarán tiempo para familiarizarse con la rutina del confinamiento, personal, ruidos, comederos, alimentación, competencia, etc. Lo ideal es recibirlos y poner a disposición agua limpia, fresca y en cantidad suficiente y con un alimento conocido por ellos, como es el pasto, rollos o idealmente heno picado ofrecido en los comederos. Siempre es bueno realizar una clasificación de las tropas, separar machos de hembras y armar lotes parejos en tamaño. Una vez descansados, los animales estarán listos para ser trabajados y recibir el plan sanitario de ingreso.

Prevención de principales riesgos. El costo de un correcto plan sanitario con productos de calidad para terneros que ingresan al corral es de 1.4 kg de ternero, una inversión necesaria que contempla la prevención del síndrome respiratorio y clostridial, el control de parásitos, tanto internos (gastrointestinales y pulmonares) como externos (piojo, sarna pero principalmente garrapata) y una suplementación vitamínica – mineral que permite poner a todos los terneros en las mismas condiciones sanitarias antes de comenzar su etapa de engorde.

El complejo respiratorio bovino es la principal causa de muerte, de origen infeccioso, en sistemas de producción de carne intensiva llegando a alcanzar el 35% de las muertes de un establecimiento. El deceso de los animales suele darse entre los 28 y 35 días de ingresados al confinamiento. Por este motivo, una de las claves para reducir el impacto de esta enfermedad, es realizar un adecuado manejo y prevención.

Existen factores estresantes que predisponen la aparición de esta enfermedad como son el transporte, la deshidratación, el hacinamiento, la mezcla de animales de distintos orígenes, condiciones ambientales, que van erosionando las defensas naturales de los animales para que posteriormente la acción de agentes infecciosos, como virus y bacterias, terminen enfermándolos gravemente.

Lo ideal sería realizar un adecuado manejo de los factores predisponentes y construir una sólida base inmunitaria para reducir el impacto del complejo respiratorio. Esta inmunidad se logra realizando dos aplicaciones de vacuna para síndrome respiratorio al ingresar a los corrales con 21 días de intervalo. Si se ingresan animales que vienen con experiencia inmunitaria previa, vacunaciones al pie de la madre antes del destete, los resultados serán mucho mejores ya que estos terneros se adaptan más rápido y se enferman menos, por lo tanto, la inversión en alimento por kg logrado es menor en estos animales. Definitivamente conviene invertir en comprar terneros bajo esta condición sanitaria previa.

Las enfermedades clostridiales generan pérdidas directas por muerte de animales. La prevención mediante la aplicación de dos dosis de una vacuna clostridial de buena calidad son suficientes para evitar problemas por estas enfermedades. La muerte de un solo animal de 200 kg por una enfermedad clostridial paga la vacunación de más de 750 terneros indicando una relación costo – beneficio de la vacunación tremendamente favorable.

Así entonces las vacunas aplicadas al ingreso le permitirán al ternero a combatir de forma efectiva ciertas enfermedades.

La suplementación estratégica con minerales (cobre, zinc, selenio, manganeso) y vitaminas (A y E) se han vuelto clave en el manejo para reducir el estrés que sufren los animales en el proceso de adaptación. Así la aplicación inyectable de estos micronutrientes al ingreso de los animales al corral ha permitido acelerar los tiempos de adaptación, haciendo que los animales consuman antes la dieta ofrecida, mejoren la GDP y respondan mejor a la aplicación de vacunas por un mejor funcionamiento del sistema inmune.

Respecto al control parasitario el sistema a corral nos permite realizar un control al ingreso, y si el tratamiento fue eficaz, no tener la necesidad de volver a realizar tratamientos, ya que los parásitos no tienen la posibilidad de realizar un ciclo biológico en ese ambiente. El desafío está en realizar los tratamientos correctamente y con las drogas adecuadas. La resistencia antihelmíntica es una realidad y hoy se hace necesaria la supervisión de un veterinario para realizar un control utilizando distintos grupos de drogas. El impacto en la ganancia de peso que tienen las parasitosis gastrointestinales, y el dramático escenario que se presenta la infestación con garrapatas hacen que el tratamiento antiparasitario de ingreso al confinamiento haya dejado de ser una simple aplicación de ivermectina para transformarse en una de las claves del éxito del plan sanitario.