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Carne sustentable uruguaya llega a Suiza y gana más mercado en Europa

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Carne sustentable uruguaya llega a Suiza y gana más mercado en Europa

Rurales El País | Tras dos semanas en las cámaras de maduración, comienza a entregarse en Suiza, a partir de esta semana, la primera partida de carne bovina uruguaya carbono neutro.

El envío pertenece a la empresa Mosaica, que procesa sus propios animales y llega al mercado suizo hace 6 años, aunque apenas hace 3 años que comenzó a marcar presencia con sus cortes a nivel del consumidor final.

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Los animales de Mosaica se faenaron en Frigorífico Solís y la carne fue verificada bajo los más estrictos estándares internacionales por LSQA, Organismo Validador y Verificador de Huella de Carbono.

Es el primer contingente de carne bovina verificada carbono neutro y producida en Uruguay, que entra en la Unión Europea, marcando un hito histórico.

“Hay un enorme interés en la Unión Europea así como en el mundo en general por la carne carbono neutro”, admitió al diario El País de Uruguay Sebastián Olaso Aguirre, encargado de los establecimientos ganaderos de la empresa Mosaica.

En el mundo y especialmente en algunos países europeos como Alemania, hay una gran comunicación en contra de la carne bovina. Los detractores de este alimento aprovechan la oportunidad para convencer al consumidor local que la carne contamina y es nociva para el medio ambiente. Como toda mentira, repetidas muchas veces, puede parecer una verdad aunque esté lejos de eso.

“El consumidor promedio en la Unión Europea que no está informado, asume que la producción de carne bovina contamina. Entonces, cuando uno le demuestra que el producto que está comprando no es contaminante lo atrae”, remarcó Olaso.

La Dr. Patricia Rovella, veterinaria, auditora, instructora y ejecutiva de Negocios de LSQA, además de experta en bienestar animal en la cadena cárnica, explicó días atrás a Rurales El País que la documentación de la huella de carbono “es un proceso largo, pero posible. LSQA realizó una verificación de ese inventario, para validar que esos datos sean correctos, en base a normas internacionales. Existen distintas fuentes de información internacional -técnica, normativa y científica- sobre la cual LSQA verificó que ese inventario cumpla con lo que esas normas establecen para llegar ese resultado de la carbono neutralidad”, detalló la especialista.

“No es imposible, es un trabajo que lleva mucho tiempo, exige registros y ser muy ordenado. Es un proceso que lleva muchos meses”, advirtió a los productores Rovella.

Las exigencias y las barreras ya están en el mercado. Hoy, los frigoríficos exportadores de carne a la Unión Europea, para poder llegar a ese mercado, “necesitan tener una certificación de inocuidad alimentaria y todas la tienen.

Suiza. Olaso Aguirre explicó a El País que si bien Mosaica vende carne a Suiza desde hace años, recibió preguntas de otros países de la Unión Europea por su carne carbono neutro.

“Este primer embarque verificado carbono neutro va a tres segmentos que son: delivery -consumidor final-, a una cadena de supermercados y un restaurante específico”, detalló el encargado de los establecimientos que aportaron los animales para esta experiencia histórica.

La carne no sólo va verificada como carbono neutro, lleva consigo protocolos de respeto por el bienestar animal, es Angus producida a pasto y está certificada bajo el protocolo Never Ever 3 (procede de animales que nunca fueron tratados con antibióticos).

A su vez, en Uruguay, el uso de hormonas y promotores de crecimientos hormonales, está prohibido por ley desde hace décadas y en un mercado como el europeo, donde el consumidor le da la espalda a la carne producida utilizando esta herramienta, pesa mucho.

Los establecimientos de Mosaica “tienen un rodeo cerrado y eso nos permite saber cuántos novillos tenemos para producir los cortes y cuántos quedan para este año. Llevamos tres años mandando a Suiza nuestra carne con marca, ya tenemos el proceso armado”, detalló Olaso Aguirre

Los cortes de Mosaica carbono neutro, proceden de novillos de 28 meses, aunque la Unión Europea exige que sean menores de 30 meses y su edad, como la de todo el resto, está garantizada por la trazabilidad obligatoria del rodeo bovino.

“Esta generación de novillos en producción termina de salir en marzo y en agosto comienza a salir la generación siguiente”, explicó Olaso Aguirre.