El crecimiento industrial está estancado, pero la agroindustria brasilera sigue empujando y en el 2015 exportó por más de 88.000 millones de dólares.
El agro brasileño colocó soja, harina de soja, maíz, carnes y etanol por U$S 88.220 millones en 2015; y la balanza comercial del sector mostró un superávit de U$S 75.150 millones. Es el único espacio de la economía brasileña que experimentó un resultado positivo el año pasado.
Brasil tuvo un superávit comercial de U$S 19.680 millones en 2015. Esto ocurrió a pesar de que los precios de los productos agrícolas cayeron más de 20% en el mercado mundial entre enero y diciembre, como parte de un ciclo de disminución de 40% en los últimos 3 años.
El debilitamiento de los precios agrícolas no es obra de la caída de la demanda china/asiática en el mercado mundial. Por el contrario, es consecuencia directa de las dos supercosechas norteamericanas de 2014 y 2015, las mayores de la historia.
La disminución de los precios de los commodities agrícolas es un fenómeno de oferta, no de demanda. Brasil experimentó una contracción de un 4% del producto en 2015, precedida por una baja de un 2,8% en 2014, dentro de un ciclo de 5 años de estancamiento estructural sostenido, acompañado por 3 años de recesión acumulada del PBI industrial.
El dato más importante de la economía brasileña es que su tasa de crecimiento potencial de largo plazo es hoy 2% anual, y sería 1,5% a partir de 2017. Esto es una perspectiva de depresión estructural sostenida en un período de tiempo que va de 5 a 10 años.
La cosecha de granos ascendió a 209,5 millones de toneladas en 2015, 15 millones más que en 2014. La producción de maíz, que era prácticamente 0 en 2000, ha crecido a un ritmo de 47,7% anual desde entonces.
Brasil es el segundo exportador global de agroalimentos después de Estados Unidos, y el primer vendedor de carnes del mercado mundial desde 2006, en que dejó atrás a Australia y EE.UU..
La estimación de FAO/OCDE es que Brasil es el país con mayor potencial de expansión agroalimentaria, capaz de producir un aumento de 40% en 10 años. El crecimiento agrícola de los últimos 20 años es un fenómeno notable de aumento de la productividad, y en especial de la innovación (productividad de todos los factores/PTF). La PTF agrícola ha crecido 5% anual entre 2006 y 2013.
Los rendimientos de algodón por hectárea crecieron 7 veces entre 1970 y 2006, mientras que se triplicaron los del maíz y se duplicaron los de trigo y soja. Ahora, el núcleo de la producción de granos ha pasado a desarrollarse en la nueva frontera agrícola del norte y noroeste, en especial en los estados de Piauí, Maranhao, Bahía y Ceará.
La producción granaria se desarrolla allí con un carácter capital-intensivo, en grandes unidades productivas de hasta 300.000 hectáreas o más, con la tecnología y los equipos más avanzados.
Este sector de punta tiene una productividad 40% superior en la soja, y 47% mayor en el sector del maíz. La producción brasileña de carnes se ha convertido en la primera del mundo, y la carne vacuna encabeza la comercialización global a partir de 2004, tanto en volumen como en valor.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estima que la producción de soja brasileña puede duplicarse en los próximos 10 años, si se logra resolver el virtual colapso de la infraestructura. El sector agroalimentario es el más avanzado de la economía brasileña.
Fuente: Clarin Rural