Con una proyección máxima de 150.000 cabezas faenadas, abril cerraría como “el peor mes de los últimos cuatro años”, según advirtió el presidente de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (Appec), Ramiro Maluff. La baja en la cantidad de sacrificios se debería a las complicaciones logísticas provocadas por las lluvias en zonas productivas.
Señaló que abril no será un mes razonable para la faena: “Ya estamos pasando el 22, y hasta el lunes se faenaron 104.000 cabezas. En el mejor de los casos llegaremos a 150.000, y eso será el peor abril de los últimos cuatro años”, detalló a Valor Agro.
Explicó que “si se faenan 140.000 cabezas, se tendrán 280.000 medias reses con planchas de costilla; pero si faenamos 200.000 cabezas, serán 400.000 planchas de costilla”.
En ese sentido sumó que “vemos que esto ocurre en un momento poco oportuno, cuando la demanda va a ser alta por el 1.º de mayo, que es la época del año en que más se venden costillas. Paraguay importó el año pasado ese producto, pero luego dejó de hacerlo porque en países como Brasil estaba más caro que en nuestro país”.
Y continuó: “Hoy no hay de dónde traer costillas. Si hubiera, ya estarían trayendo, pero no hay disponibilidad. La importación de costillas está liberada en Paraguay. Al contrario, el gobierno seguramente está propiciando la importación para suplir esta situación, en la que el productor no tiene nada que ver. Más bien, los productores están haciendo un gran esfuerzo para movilizar ganado”.
Apuntó que actualmente se tienen condiciones climáticas “muy adversas” para la logística. Es decir, hay ganado disponible para la faena, pero la infraestructura vial en algunas zonas productivas es complicada. Indicó que en el Chaco, el productor está haciendo un “sacrificio” importante para movilizar su ganado dentro de los campos.
“Creo que este será un año de buenos precios para el productor, una vez que pasen estos momentos críticos relacionados con la logística, los caminos y el exceso de agua en los campos, que no es bueno para el ganado”, expresó.
Mencionó que “los extremos son malos”, recordando que se venía de años de una sequía espantosa, durante la cual el ganado sufría “terriblemente”. “Ahora nos encontramos en el otro extremo, donde el ganado está sufriendo por el exceso de agua”, precisó.