Guillermo Crampet | Valor Agro
Nadie tiene la bola de cristal ni menos la capacidad de predecir cómo podría moverse el mercado con un jugador más o un jugador menos, pero lo que sí es claro que Estados Unidos llegó en un momento ideal para la carne bovina de Paraguay, un momento en el que nadie creía o se esperaba pero el complejo cárnico lo necesitaba.
El empuje público y privado, además de muchas idas y vueltas, permitieron cerrar un destino que rápidamente se transformó en el comprador que más dinamizó el negocio en Paraguay.
Claramente no es solo el mercado, sino también que los astros se alinearon para que también sea el mejor momento, porque Estados Unidos está experimentando el menor stock de los últimos 70 años y un precio del ganado para faena que supera los US$ 8 por kilo a la carne, lo que intensificó la demanda y después de muchos años volvió a ser el actor principal del tablero global de compradores de carne.
Si bien ha pasado a ser fundamental para todos los exportadores, en Paraguay se convirtió en un mercado trascendente que permitió romper positivamente todas las proyecciones.
En lo que va del 2025 (enero a mayo), Paraguay colocó en Estados Unidos un total de 18.569 toneladas de carne, un aumento del 279% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Además, con un incremento del 31% en el valor medio de la tonelada exportada, pasando de 4.350 dólares por tonelada a 5.700 dólares en un año.
Paraguay incrementó 18% las exportaciones de carne a todos los mercados pero el gran empujón que estuvo en manos de Estados Unidos, un destino que se prevé que mantenga la coyuntura de baja oferta y alta demanda hasta el año 2027.
Esa mayor presencia de Estados Unidos ayudó a equilibrar y de forma positiva el envío de carne a Chile, principal mercado paraguayo, que bajó 14% en los primeros cinco meses del año pero también a presionar al alza los valores.
Si bien hay otros compradores que mejoraron las compras como Taiwán e Israel con subas del 59 y 64%, respectivamente; las miradas se las lleva con mucha lógica el mercado norteamericano.
Quizás no muchos se esperaban o confiaban en la apertura de Estados Unidos, pero se logró e impactó con mucho beneficio para el complejo cárnico de Paraguay, lo que junto a un clima favorable y un stock en baja ha beneficiado a la formación del precio del ganado, y proyectando nuevamente una faena anual histórica en 2025.
¿Sin Estados Unidos no hubiese pasado eso? Quizás sí, o quizás no. Es cierto que fuera de ese mercado, el país podría aprovechar la presión de precios y la falta de carne en otros mercados alternativos a los que desvíen la atención Brasil u otros proveedores, pero la apertura le permitió a Paraguay seguir jugando con mayor peso.
Ahora quedan muchos otros desafíos que quizás no muchos esperan pero también se necesitan. Hablando de mercados: las reducciones arancelarias, las cuotas individuales, la apertura de otros destinos estratégicos como Corea del Sur y Japón. Lo cierto es que se va caminando, más lento o más rápido, pero se camina con el objetivo de seguir potenciando la producción de carne de Paraguay.
Además, en julio Paraguay recibirá la primera auditoría de Estados Unidos post habilitación, y una vez más se depende de todo el complejo cárnico para alcanzar nuevamente buenos resultados.
Mirando el negocio en periodos de tiempo, el 2025 ofrece realidades y señales que hace algunos años no se experimentaban, y a pesar de que hay sensaciones de incertidumbres por los antecedentes, las proyecciones siguen ofreciendo buenos augurios: más demanda de Estados Unidos, menos oferta de Brasil y mayor protagonismo para los proveedores del Mercosur.